viernes, 8 de septiembre de 2017

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Fragmentos del diario de un directivo japonés)

FRAGMENTOS DEL DIARIO DE UN DIRECTIVO JAPONES.2


        19-12-1994.- Han pasado dos horas desde que me he despedido definitivamente de mi amante. Una sensación de pérdida profunda recorre todo mi cuerpo. Necesito esforzarme para convencerme de que he tomado la decisión correcta permitiendo que ese joven se aleje de mí. Ya no hay vuelta atrás, en pocas horas descubrirá el dinero y la nota y lo habré perdido para siempre.
        He pedido a la recepción del hotel un coche para que me desplace hasta el aeropuerto de Barcelona. Mientras espero al coche, he realizado una conferencia telefónica con mi hombre de confianza en Japón. Dispongo de poco tiempo y hay muchísimo trabajo por organizar. Tengo la esperanza que, mientras viajo de vuelta, mi equipo de empleados fieles pueda preparar todo lo que les he encargado.
        9.00 am.- De camino a Barcelona repaso en mi cámara digital todas las fotos que nos hemos hecho mi joven amante y yo durante estos días. La pequeña pantalla me trae recuerdos que no deseo olvidar. Decido que haré imprimir esas fotos para poder recordarlas siempre. Al guardar la cámara descubro la ciudad nuevamente y me viene a la memoria otra vez nuestra aventura por la noche de Barcelona, me doy cuenta que estoy sentado en el mismo sitio donde le hice el amor a nuestro regreso. Al acariciar la tapicería me percato de que una maldita lágrima está a punto de aflorar y decido, sabiamente, cerrar el compartimiento opaco que me separa del conductor.
        11.45 am.- Una vez en el aeropuerto, después de darle una buena propina al conductor por su excelente servicio de estos últimos días, me reúno con el resto de mi equipo de inspección. Prescindo de contarles absolutamente nada de mi descubrimiento. No deseo que intenten persuadirme para que mantenga el informe tal y como lo he enviado al Consejo de Dirección de la Casa Madre en Japón. Sin duda alguna este hecho les afectará de manera muy negativa a ellos y a su carrera.
        El viaje de vuelta en avión ha transcurrido entre comentarios jocosos y poco apropiados. He permitido que se rían de mí y de mi ausencia haciéndoles creer que tenía una muy buena amante en la zona. Veinte horas después, ya en el Aeropuerto internacional de Narita, me he despedido de ellos y me he reunido con Anake Kudo, mi hombre de máxima confianza en la empresa. Kudo ha realizado para mí la mayor parte de las investigaciones empresariales en mis negocios.
        Le explico la situación en la que me encuentro y le encargo que viaje a España y recabe la mayor cantidad de información posible sobre las empresas que producen para nuestra filial en la zona. Asimismo le encargo que investigue a todos los directivos españoles y todos los movimientos de capital de la empresa no autorizados. Con la orden explicita de que, en el momento en que descubra cualquier delito, lo denuncie a las autoridades locales.
        21-12-1994.- Me siento abatido. Me doy cuenta de que estoy sustituyendo mi desolación por la pérdida de mi amante por la ira, el odio y el deseo de venganza hacia aquellos que me han utilizado.
        El conductor del coche oficial de la empresa me ha llevado hasta mi piso del distrito de Fukama. Al entrar he tenido la sensación de que era enorme, muchísimo más grande de lo que recordaba que era. He tenido la sensación de que entraba en un enorme mausoleo de mármol, en el que se entierran todas las vanidades del mundo.
        Sentado frente a la ciudad, el wiski de doce años que me estoy tomando no consigue sacarme del profundo pozo de desasosiego en el que me estoy hundiendo.
        22-12-1994.- Son las cinco de la madrugada y no consigo coger el sueño. Llevo veintisiete horas sin dormir. No me he preocupado de recoger las pastillas contra el insomnio con la receta que me hizo el Doctor Ukemawa. Aprovecho el tiempo y empiezo a preparar mi segundo informe. No tendré piedad.
        10.00 am.- El Doctor Ukemawa se ha desplazado personalmente a mi piso. Trae muy malas noticias. Las molestias que había notado los últimos años en el abdomen no se debían, tal y como yo había creído desde el principio, a los gases producidos por una mala dieta y demasiado alcohol. Las pruebas que me realizó antes de mi viaje a España revelan un enorme tumor cancerígeno localizado en el hígado. El cáncer está muy extendido, afectando ya a los pulmones y a gran parte de la cavidad abdominal. Por lo que parece este tipo de cáncer es muy agresivo y no empieza a dar síntomas hasta que ya es demasiado tarde para realizar cualquier tipo de tratamiento efectivo. Desde su punto de vista solo puede ofrecerme tratamientos paliativos. Aunque me propone una segunda opinión del mejor oncólogo del Japón. -¿Para qué?- No estoy dispuesto a servir de cobaya para nuevos medicamentos de los laboratorios. Prefiero aprovechar el poco tiempo que me queda de autonomía para quedar en paz con mi alma y mis recuerdos.
        28-12 1994.- Los informes de mi agente en España me confirman toda la información que me entregó mi joven amante artista. He pedido una reunión especial de urgencia del consejo ejecutivo de la casa madre para el día veintinueve de diciembre. Quiero exponerles mis conclusiones en un informe definitivo que incluirá todas las irregularidades que Anake Kudo ha encontrado y denunciado a las autoridades. Esta tarde enviare dicho informe a todos los miembros del consejo para que no tengan opciones y tengan que actuar en consecuencia.
        29-12-1994.- Tal y como me esperaba los miembros del comité han aprovechado mi muestra de debilidad para desposeerme de todo control sobre el consejo de administración. Ya no me importa, mi último movimiento les coaccionará a hacer todos los cambios en la filial española que yo he propuesto. Además, aunque no quieran hacerlo, mi investigador en la zona ya ha puesto en marcha la cadena de denuncias con las autoridades locales por lo que el escándalo que se generará en la prensa les obligara a tomar decisiones al respecto.
        30-12-1994.- hoy me han comunicado de manera oficial lo que ya sabía desde hacía dos días: me han relevado de cargo directivo a cargo de vocal en el consejo (sin voz, que ironía). Como muestra de respeto me han permitido mantener mi propia oficina a cargo de los presupuestos de la empresa… Esos estúpidos creen que no he estado al tanto durante todos estos años de que tenían sobornado o chantajeado a todos y cada uno de los empleados que estaban a mi cargo. Desde mi oficina han recibido siempre la información que a mí me ha interesado que recibiesen. Solo confió plenamente en Anake Kudo y tres colaboradores más, que, discretamente, y desproporcionadamente bien remunerados, han realizado fielmente todos los encargos que les he requerido, sin preguntas ni objeciones.
        El resto de la mañana la he dedicado a despedirme de los pocos empleados de los que, sé a ciencia cierta que he disfrutado de su total fidelidad y dedicación en estos últimos años.
        No soporto mi piso de Tokio, es un símbolo que me recuerda continuamente lo moralmente bajo que he tenido que caer para poder estar siempre en lo más alto de la escala social de este país. Lo he preparado todo para trasladarme a la casa familiar de Kioto. Allí tengo los peores recuerdos de mi infancia. Espero poder olvidarlos y transformar esa casa en el retiro de paz y tranquilidad que necesito.
        He informado al servicio de mi cambio de residencia. A la mayoría de mis empleados domésticos no les supone ningún contratiempo acompañarme a Kioto. El resto del servicio que no puede acompañarme le he propuesto que se dediquen al mantenimiento de mis propiedades en Fukada.
        Por la tarde me he trasladado a Kioto. Me he llevado una grata sorpresa cuando he descubierto que la empresa de limpieza ha hecho un excelente trabajo. La casa no parece que lleve seis años cerrada. Los vecinos, la familia Hukame, han cuidado del jardín de la casa con muchísimo amor y dedicación.
        Los Hukame son una familia de ceramistas con muchísimas generaciones de tradición en su haber. Después de hablar con Akira, el patriarca y maestro artesano, le he encargado dos muñecas tradicionales de bailarina “Shirabyōshi” ataviadas con la indumentaria que llevaba mi joven artista el día que lo conocí. Después de explicarle lo excepcional de la situación en la que me encuentro, se ha comprometido a servírmelas en una semana.
        3-1-1995.- Después del descalabro que ha supuesto en la familia mi caída en desgracia en la empresa. Me han informado de que mi madre, mi hija y sobretodo mi yerno, están presionando a mi hijo para que acepte la dirección de la empresa filial española y así intentar recobrar el honor familiar, que, por lo que parece yo he destruido.
        Tengo la necesidad de hacer comprender a mi hijo el porqué de las decisiones que he tomado. Le he hecho llegar a modo de testamento vital mi dietario con todas las direcciones, teléfonos y códigos de seguridad que necesitará para poder heredarme. En ese dietario expongo de manera muy personal todos los pensamientos, sensaciones y sentimientos que me han invadido en los últimos años hasta  mi regreso de España.
        5-1-1995.- Me han confirmado que mi hijo ha aceptado el trabajo en España. Me alegro por él. Sé qué hará un muy buen trabajo. Lo he dejado todo a punto para que Klaus-Hiro recoja fácilmente el fruto de mi trabajo en las reformas en esa factoría.
        7-1-1995.- El maestro Akira Hukame ha cumplido el plazo prometido, las piezas de porcelana son de una exquisita perfección y el trabajo de bordado que han realizado en el kimono es sublime. He colocado una de las muñecas en un lugar especial en el porche. Recibe una luz indirecta durante todo el día y la he rodeado con los doce bonsáis que he cuidado con esmero durante los últimos veinticinco años.
        Todos a mi alrededor creen que he hecho un altar a alguna diosa extraña. Son incapaces de comprender que tan solo deseo descansar rodeado de mis mejores recuerdos.
        Por la tarde he recibido la visita de mi hijo. No he podido mirarlo a la cara. Sé que me estoy muriendo y desearía su perdón, aunque soy consciente de que no me lo merezco. He sido un mal padre. Cuando más me necesitaba mi hijo, lo abandoné en las manos de mi padre, un hombre amargado y maltratador que sin duda lo habrá traumatizado para toda la vida. Me refugié en mi trabajo y en mis amantes. Intentando olvidar que yo era el responsable del bienestar de mi hijo y convenciéndome de que su sitio estaba junto a mis padres. -¡NO! No me merezco su perdón.-
        Incluso con mi joven artista he acabado siendo una absoluta decepción. En vez de tratarlo como un chapero tenía que haber tenido el valor suficiente como para proponerle que me acompañase… aunque ¿Para qué?, para acabar siendo el cuidador de un moribundo… no, en este caso estoy convencido de que hice lo correcto, o más bien lo más conveniente teniendo en cuenta las circunstancias.
        He dado órdenes de que le entreguen a mi hijo la copia de la muñeca de porcelana, para que cuando se desplace a España se la haga llegar a mi joven artista. Quizás si mi amante ve que aún lo recuerdo con cariño, me perdonará por lo mal que me porté con él al final.
        12-2-1995.- Estoy en paz. He hecho venir a mis abogados para rehacer mi testamento. Después de resolver todos mis asuntos legales, he puesto todas mis acciones de la empresa a nombre de Klaus-Hiro y he modificado mi testamento para que él sea mi heredero universal. Mi hijo será mi sucesor. Ignoro si está preparado para tanta responsabilidad. Durante mucho tiempo y de un modo muy discreto, lo he estado preparado todo para que él vaya accediendo a todos los puestos directivos de manera progresiva. Espero que el sobrecargo de responsabilidades al que va a ser expuesto no acabe por sobrepasarlo. Tengo la esperanza de estar poniendo a su alcance las herramientas que le permitirán poner a raya al nido de hienas que es el consejo directivo de la empresa madre.
        20-2-1995.- Esta será mi última entrada. El Doctor Ukemawa me ha confirmado que todos los órganos de mi cuerpo están afectados de algún modo por el cáncer, para poder aguantar el dolor han decidido sedarme, así que ya no podré seguir escribiendo. Ya me ha visitado el sacerdote para que me guie en el camino hacia el más allá.


        Me despido del mundo. Sé que pude hacerlo mucho mejor, aunque, lo hice lo mejor que pude.

        La libreta que está adjunta a esta, complementa el dietario que te hice llegar hace unos días. En ella encontrarás información sensible de absolutamente todos los directivos de la compañía, úsala con sabiduría, te va a hacer falta. También hay una relación de los empleados y personas próximas a la familia en quienes puedes confiar, como puedes localizarlos y usarlos en tu beneficio.



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