viernes, 29 de abril de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.7

        Septima entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer. 
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizás si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA. Aunque, para ser sinceros, no ha hecho falta la intervención de Angus para liarla parda... para ello se ha bastado él solito... poniendo en pie de guerra a todos los invitados al funeral.
        Después de la desenfrenada orgía homosexual que acabó siendo el funeral de Gregory, Alex se abandona a sus fantasías oníricas, donde, por fin, el extraño amante de sus sueños le propone liberarse de sus insistentes arrebatos sexuales... pero, cuidado, no parece del todo dispuesto a cumplir su parte del trato.








martes, 26 de abril de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO ("La Cuca" versus Verónica S3)

“LA CUCA” VERSUS VERONICA S3


         De las personas que habitualmente pululaban por casa. Hoy os hablare de Javi. Al que coloquialmente todos conocíamos como “la Cuca”.
         Era un chico más bien bajito (no mediría más que 1.65m), moreno, de piel y pelo grasiento (de ese tipo de personas que siempre tienen el pelo que parece que les chorrea aceite), con la raya al lado repeinada y aplastada (era la única persona que he conocido que, por corto que se cortara el pelo, siempre lo tenía aplastado al cuero cabelludo), nariz aguileña y ojos oscuros y saltones. Personalmente no le encontraba ningún atractivo y se me hacía muy difícil de entender que pudiese gustar a alguien. Pero la realidad era terca y me contradecía, ya que se ligaba a todos y cada uno de los hombres armarizados de la región.
         Trabajaba de camarero de refuerzo en el ANARKO, un antro que siempre solía quedar fuera del circuito turístico de la villa de Palamós. Sobre todo porque tenía fama de ser el corral del vicio del municipio, frecuentado por lo mejorcito de cada casa. 
         El ANARKO abría todo el año. Pero gente, lo que se dice gente solo tenía los fines de semana, que era cuando todos los chulitos de la comarca se pavoneaban por allí para presumir de lo machotes y transgresores que podían ser (y de paso pillaban un poco de hachís, pastillitas tipo éxtasis y si había alguien que pasara, un poco de cocaína). Por eso Javi solo trabajaba tres días a la semana, de jueves a domingo. 
         Javi solía ser la sombra de Miquel. Nunca entendí que tipo de relación simbiótica tenían, ya que Miquel no lo soportaba (al menos eso decía siempre que salía “la Cuca” en la conversación) y siempre decía pestes de “la Cuca”.
        Y una parte de razón tenía. En mi trato con Javi, dejando aparte del hecho de que físicamente me repelía, siempre que hablábamos, tenía la maldita capacidad de desarmar todos mis argumentos y hundirme emocionalmente. Era como si fuese capaz de hurgarme dentro del cerebro, sacar todos mis temores e inseguridades y después escupírmelos a la cara. Todo eso sin mostrar la más mínima emoción en la cara. Ese era uno de los motivos por los que evitaba hablar con él.
        Otro motivo que me aconsejaba evitarlo era el hecho de que si aparecía en algún local donde yo estuviese ligando con alguien. El solo hecho de su presencia hacia que toda la historia de fuese al traste (una gran suerte para mí era el hecho de que trabajábamos los fines de semana y así fuese casi imposible el que pudiésemos coincidir en algún local). 
        Una tarde mientras tomábamos el café en casa. Miquel me contó que Javi era el hijo pequeño de una familia de muchísima solera de Palencia, y que a los 28 años, su madre ya viuda, al quedarle clarísimo de que palo iba su hijo, un día lo reunió y le dijo: -Mira hijo, como tengo claro que nunca me darás nietos como tus hermanos, te voy a dar lo que tu padre reservo para ti, para los gastos de tu boda y los posibles bautizos de tus hijos. Que es lo mismo que hemos dado a tus hermanos y hermanas. Coge este dinero y por favor, desaparece de mi vida y deja de avergonzarme.-
        Y por lo visto desapareció de Palencia y apareció en Palamós. Con diez millones de pesetas en el banco, sin ningún oficio y mucho vicio en el cuerpo (fue entonces cuando entendí la amistad que Miquel se trabajaba con Javi).
        Yo tenía una fantasía recurrente. Siempre me había preguntado que podría suceder si algún día coincidían Verónica S3 y “la Cuca” en el mismo sitio, sonreía como un niño con una caja de petardos y un mechero cuando pensaba que esa situación podía ser apoteósica. 
        Y esa situación se dio en noviembre. 
        La policía había hecho una redada por drogas en el ANARKO, y lo habían cerrado.
        Y “la Cuca” apareció el sábado por el PACHA como quien no quiere la cosa. Dos segundos después de verlo ya se lo estaba presentando a Verónica S3, con la ilusión en el cuerpo del niño que enciende su primer petardo.
        La primera reacción fue explosiva, sus ojos se cruzaron con una mirada inquisitoria, parecía que en cualquier momento podría saltar un chispazo y todo volaría por los aires. Después de ese instante que me pareció eterno “la Cuca” le hablo a VeronicaS3: -Estooo… si a ti te sacan la peluca y el pódium ¿Qué te queda?-
        VeronicaS3 lo miro con cara de odio, si, esa mirada que te hacía sentir que ibas a acabar como un montón de carne trinchada, y le soltó: -¿Tu madre era alcohólica o te aborto a los cinco meses?-
        Se miraron los dos con una cara que era todo un poema y se fueron cada uno por su lado.
        -Ha estado bien.- Pensé yo. -Aunque he echado en falta una buena pelea de gatas.- 
        La noche siguió por los derroteros normales de cada sábado, fotocool, actuación a las tres, a las tres y media y a las cuatro de la madrugada. Pero a la hora de la última actuación, VeronicaS3 no aparecía por ninguna parte. Pregunté a Markus (el segurata rubio que controlaba el interior del PACHA) y me comentó que la había visto hablando con un chico en la barra de Tatiana. En efecto, la encontré en el office de la barra de Tatiana pegándose el lote con “la Cuca”. 
        Fingiendo total desinterés por lo que allí sucedía (de hecho estaba flipando en 3-D), le dije: -Nena, arréglate el maquillaje que te toca salir al pódium.- Y salí de allí aguantándome la risa como pude.
        Cuatro días después, el miércoles, se pasaron por casa Miquel y Nuria con la excusa de tomar café. Aunque en la cara se les veía que se morían de ganas de contarme algún cotilleo. La verdad es que consiguieron aguantarse hasta que termine de servir el café en la terraza del jardín.
        -No entiendo cómo te atreves a servirnos el café en estas tazas del todo a cien.- Me comento Nuria.
        -Es para no hacerle un feo a Miquel, son las que me regalo por mi cumpleaños.- ¡ZASKA!, en toda la cara de Miquel.
        Los dos se pusieron colorados como un tomate. Después de un par de sorbitos de café, me contaron ese cotilleo taaan importante.
        -¿A que no adivinas a quien hemos visto cogidito de la mano con su novio saliendo del supermercado?- Me dijeron los dos a la vez.
        Me encogí de hombros dando a entender que no tenía ni idea.
        -Al Javi y al Julio. Se ve que se han liado.- Dijo Nuria con mucha excitación.
        -Y parece que los han operado y los han cosido juntos, porque no se separan ni para ir a mear.- Añadió Miquel haciendo ademanes con las manos. 
        -Ah, vale. Si, los presenté yo sábado en el PACHA. Estaba convencido de que no aguantarían más de una noche juntos.- Dije en tono irónico. -Me sorprende que consigan soportarse tanto tiempo.-
        Nos reímos y tomamos un sorbo de café, todos a la vez y suspiramos.
        -Aunque yo sea incapaz de verle el atractivo por ningún lado.- Reflexioné el voz alta. -Es muy probable que al ser así pequeñito la gente lo encuentre mono y simpático, sino ¿de qué le vendría el apodo de “la Cuca”?-
         Fue hacer este comentario y mis invitados explotaron en una sonora carcajada. Se rieron tanto que se cayeron de las tumbonas del jardín. Al cabo de un par de minutos y con lágrimas en los ojos Miquel se incorporó y sin parar de reírse me dijo: -El apodo de “la Cuca” es el diminutivo de cucaracha.- Y siguió carcajeándose a mandíbula batiente. 


        Posdata:
        Según la física, los polos opuestos siempre se atraen, yo he descubierto que en determinadas circunstancias los polos iguales pueden atraerse lo mismo o más.


Imagen por Mario Patiño





viernes, 22 de abril de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.6

        Sexta entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer. 
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizás si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA. Aunque, para ser sinceros, no ha hacho falta la intervención de Angus para liarla parda... para ello se ha bastado él solito... poniendo en pie de guerra a todos los invitados al funeral.







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lunes, 18 de abril de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Cotilleos, morbo y barbacoas)

COTILLEOS, MORBO Y BARBACOAS

        Tal y como creo que ya os conté en otro episodio, en el verano del año 1994 yo estaba viviendo en la villa de Palamós. Era un maravilloso pueblecito turístico, que, aunque contaba con el 3ºpuerto comercial de Cataluña, no había caído en el exceso turístico y conservaba aun el encanto tradicional de los pueblos de antaño.
        El municipio, que presidia el extremo norte la bahía de Palamós, era famoso por cuatro cosas:
        1º- Por tener el paseo marítimo y la playa urbana más limpia de la región.
        2º- Por tener la lonja de pescadores. Donde se distribuía la famosa Gamba de Palamós (una exquisitez buscada por los mejores cocineros y gastrónomos del mundo).
        3º- Por el puerto comercial. Donde atracaban continuamente los cruceros del mediterráneo, que eran el principal motor económico de la multitud de tiendecitas y restaurantes dedicados al negocio del suvenir  y la comida típica de la zona.
        4º-Por ser el municipio con más burdeles de la provincia. Cosa que sin duda debía de ser una consecuencia de todo lo citado anteriormente.
        Hacía un par de años que estaba viviendo allí. En una antigua casita de pescadores restaurada, propiedad de mi madre. Estaba a segunda línea de mar, detrás del paseo marítimo. Disponía de un patio trasero, donde podía guardar mi coche y  aún quedaba sitio para poner unas tumbonas, una hamaca, una barbacoa y un juego de mesa con sillas de jardín.
        Era en ese patio donde me reunía de vez en cuando con los pocos amigos que había podido mantener al trasladarme de la capital de provincia a la costa.
        El que solía aparecer más a menudo por casa era Miquel. Una mariquita de 1.90 m que conocí en mi época de modelo, y que había reencontrado como coctelero jefe del POMELO’S. Después de varios años habíamos retomado una amistad que dejamos aparcada en el año 1990.
        Otras mariquitas que solían venir a casa eran el Javi (a quien todo el mundo conocía como “la Cuca”) y el Fede. De los cuales pienso hablar extensamente en otros episodios.
        Como casi todos los sábados trabajaba como Dragg Issis en el PACHA. Mi vida social se solía limitar a las barbacoas de los jueves o los viernes. Era una buena excusa para reunirnos las cuatro mariquitas y ponernos al día de nuestras conquistas y cotilleos. Cenar y salir luego de marcha negra por la zona.
        Más tarde se empezaron a acoplar a las barbacoas amigas de mariquitas, amigos de amigas, y amigos de amigos de amigas o amigos. Hasta el punto, que un viernes cualquiera se podían arrejuntar en mi casa unas 40 personas, que sin duda se conocían entre ellas, pero de las cuales yo solo conocía unas seis o siete.
        Las barbacoas funcionaban con una sola norma: Yo preparaba una gran ensalada y una gran macedonia de frutas para postre. Los que querían participar tenían que traerse la carne que querían poner en la barbacoa para comer y la bebida que deseasen beber.
        Esta norma provocaba situaciones de lo más surrealistas. Como la vez que llegaron un matrimonio joven con un bloque de carne de cordero congelado. Después de presentarse me dijeron: -Nos han dicho que para participar en la fiesta teníamos que traernos la carne, por cierto donde tienes el microondas para descongelar esto.-  Mientras me mostraban el bloque de unos cuatro kilos de carne de cordero (por cierto en la casa no había microondas, la carne se fue directa al congelador del frigorífico).
        Lo normal era que después de cada barbacoa quedasen unos dos kilos de carne cocinada, que de una manera bien dosificada me resolvía la cena del resto de la semana.
        Hablando con Miquel, llegamos a la conclusión que, como la mayoría de los participantes eran amigas conocidas con sus novios, maridos o posibles ligues, y venían más que nada por la curiosidad de poder chafardear en la casa del anfitrión, ya que era un gay conocido y reconocido en el municipio, habría que hacer todo lo posible por no defraudarlos. Así que cambiamos toda la decoración para que pareciese lo más gay posible. Además (esa decisión la tome por mi cuenta) esparcí, de manera más o menos sutil, un montón de revistas del tipo Men-sual o Top-gay (si, de esas que tienen esos relatos de erotismo gay totalmente pornográficos) en sitios estratégicos, entre las revistas del salón o entre los cojines de las tumbonas de la terraza.
        Cuando se lo comenté a Miquel, acabamos haciendo apuestas para saber si los acompañantes de nuestras amigas venían por el interés que tenían por ellas o por el interés que tenían en el mundo gay.
        La verdad es que era divertidísimo ver a maridos casadísimos leyendo y releyendo totalmente absortos y excitados los lascivos relatos del Men-sual. Aunque, lo mejor de todo, eran los comentarios que nos llegaban entre semana a través de conocidos del tipo: -Hija, no que le dan a mi novio-marido en las cenas del viernes en casa de tu amiga la Dragg Issis esa. Que cuando llegamos a casa está más caliente y salido que el pico de una plancha.-
        Otro clásico de las cenas barbacoa, era la necesidad imperiosa y obsesiva de todos los chicos (supuestamente heterosexuales) de probarse las pelucas y los plataformones de Dragg Isis. Una vez montados en los zancos y con los pelos postizos empezaban a contonearse y a intentar desfilar como si fuesen (penosas) modelos de alta costura. Una de las grandes ventajas de calzar un nº 45 de pie era que tooodos los chicos de la fiesta hacían cola para probarse los zapatones.
        Alguna universidad tendría que financiar un estudio para intentar descubrir cuáles son los motivos que inducen en los hombres esa necesidad imperiosa que tienen cada vez que ven unos pelucones y unos zapatos de tacón del cuarenta y pico, de ponérselos y desfilar como una modelo.
        Fue en esas cenas donde conocí a Nuria. La que creo que sería una de mis mejores amigas durante esa época de mi vida. Junto con Miquel fueron los dos pilares que estuvieron allí en los buenos ratos y en los momentos más amargos de mi carrera como Dragg Queen.
        Nuria era mi alma gemela. Y no lo digo a modo espiritual, no, lo digo porque, por algún tipo de conexión cósmica acabamos juntándonos bajo un mismo techo y en la misma fiesta dos personas que habíamos nacido el mismo día, el mismo año, en el mismo hospital con dos horas de diferencia. Eso nos daba mucho juego a fantasear con la idea de un cambio en las cunas, o en las identidades o…. quizás éramos gemelos y alguien nos habría separado al nacer.
        La verdad es que teníamos muchísima complicidad. Nos parecíamos mucho. Los dos éramos muy independientes emocionalmente (quizás porque a los dos nos habían pisoteado el corazón cuando nos enamoramos por primera vez), podíamos estar hablando durante horas de cualquier tema, incluso de sexo (es increíble lo que se llega a desinhibir una persona cuando habla con alguien con la tranquilidad y confianza de que no hay ninguna posibilidad de sexo o relación sentimental a la vista).
        Su filosofía era Carpe Diem (vivir al día a tope). Sin duda después de muchos años intentando ser la persona que creía que esperaban de ella, acabo rebelándose y empezó a ser quien ella quería ser. Me contó que tuvo su gran revelación del mundo en un viaje a Burkina Faso, donde por lo visto acabó teniendo un tórrido romance con el guía del safari fotográfico. A partir de esa experiencia su mundo cambio, tal y como decía ella: - Mi vida sexual se divide en: A, antes del negro y B, después del negro.- Así que en los últimos años se dedicó a hacer todas las horas extras que podía en la empresa donde trabajaba y cambiarlas por días de fiesta. Para poder realizar así su máxima pasión: irse cada seis meses unos diez días a Burkina Faso o a Nigeria y que le arreglara el cuerpo el negro.
        Durante los meses de verano era normal no hacer ninguna barbacoa, ya que yo trabajaba cada noche y la mayoría de mis amigos estaban de vacaciones (no era la cosa de dejar que montasen en mi casa una fiesta un puñado de personas que no conozco absolutamente de nada). Pero ese año y a consecuencia del desastre sentimental que supuso para mí, la extraña relación que mantuve con Jordi, tampoco hicimos ninguna cena los meses de septiembre y octubre.
         Ya a casi finales de noviembre, creí que era el momento de quitarme los problemas de la cabeza y empezar a hacer de nuevo vida social, así que decidí organizar otra barbacoa. Hacía más de dos meses que no hablaba con Nuria, de hecho no había hablado con la mayoría de los habituales desde el mes de julio. Solo con Miquel y de manera esporádica ya que coincidíamos con él en el POMELO’S cuando íbamos Jordi y yo en agosto a tomar el café.
         Era el veinticuatro de noviembre. Miquel había llegado de viaje y aun le quedaban cuatro días de vacaciones y decidió pasarse por mi casa para organizar el tema de la cena. Con un par de gin-tonics nos pusimos al día de todos nuestros desastres amorosos y ligues varios.
        Y al entrar en el tema de la cena me dijo: -Nena, no esperes mucha gente para la cena. Se ha montado un follón en el pueblo con la movida de las cenas en tu casa. Creo que el día menos pensado las mujeres de la villa te van a linchar.-
        Me quede todo pasmado y le dije: -¿A qué coño te refieres?-
        Y sin poder parar de reírse y haciendo ademanes con la copa del gin-tonic que tenía en la mano, me dijo: -¿Recuerdas cuando apostábamos por si los novios y maridos venían por curiosidad o por complacer a sus parejas? Pues ganaste tu; venían por curiosidad.-
         -Vaya, pues entiendo que las mujeres del pueblo estén cabreadas, por lo que dices habrá habido una salida del armario masiva.- Le conteste yo.
         -¿Masiva? Eso es poco. Resulta que “la Cuca” y el Fede se los han follado a todos. Mientras tú y yo estábamos organizando la fiesta con las tías, ellos se los iban trajinando y quedando para follar entresemana.- Me dijo Miquel medio cabreado. -Y no es justo. Había un par que me habría encantado hacérmelos yo.- Añadió muy molesto.
         -Bueno, ya han salido del armario, seguro que en nada tendrás oportunidad de trajinártelos.- Le dije.
         A lo que me contesto en tono muy ofendido y poniéndose los dedos en la boca fingiendo vomitar. -¡¡¡Perdona!!!! Una servidora tiene su dignidad, y antes de hacérmelo con un tío que ha pasado por las manos de “la Cuca”… ¡¡¡Prefiero pasar hambre!!!- Deduje que Miquel conocía muy bien a “la Cuca”, demasiado creo, y sinceramente esa era una información que por ahora no deseaba tener.
        La barbacoa se hizo.
        Éramos Miquel, yo, Nuria y 3 amigas suyas. Por cierto, desde ese día poquitos hombres (aparte de nosotros) volvieron a asistir a las cenas en mi casa.



        Posdata:
        Tal y como decía la divina Raffaela Carrá: si un hombre te acompaña a una fiesta oscura, no sabes nunca si es por amor o por algo más.






sábado, 16 de abril de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.5

       Quinta entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer. 
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizas si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA.







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jueves, 14 de abril de 2016

GAY+ART (Revista de Literatura y Arte Gráfico Gay)

        Gay+Art es un proyecto de autopromoción para escritores, poetas, ilustradores, creadores de cómic, fotógrafos y artistas en general, ya sean gais, lesbianas, transexuales o heterosexuales que incluyan en su obra referencias al mundo homosexual en positivo.
        La idea nació hace tres años, después de varias discusiones en un foro gay de escritores y artistas gráficos de Facebook entre Arniel Levis, Guillermo Arróniz y yo mismo, constatando la dificultad de acceder a cualquier medio “oficial” de divulgación y promoción de los ámbitos literarios y gráficos.          Propusimos la creación de nuestro propio medio de difusión: Un espacio donde cualquier escritor o artista pudiese exponer su obra al coste de 0€. Pretendíamos así aunar la promoción literaria y artística en una revista donde daríamos especial relevancia  a los creadores LGTB, sin por ello censurar o excluirá a los creadores heterosexuales.
       Tomamos la decisión de poner una sola norma de obligado cumplimiento para todos aquellos que deseasen participar en la publicación gratuita de su obra, esta, en caso de incluir referencias al mundo homosexual, siempre deberían hacerlo con respeto hacia el colectivo y procurando (en lo que fuese posible) ofrecer una imagen en positivo e integrador del colectivo LGTB.
        Nació así, un 28 de febrero de 2013,  GAY+ART (Revista de Literatura y Arte Gráfico Gay) en el formato que ahora todos conocemos. Proyecto al que varios meses después se añadió como coordinador Mario David Villa (después de que lo dejase Guillermo Arróniz).
        Ahora, tres años después y con 19 números a la espalda, publicados de manera bimensual y con muchos miles de descargas y visualizaciones directas, seguimos con la misma ilusión que el primer día, intentando hacer visible todo aquello que por un motivo u otro las editoriales y revistas especializadas se niegan a ofrecer a sus lectores.
        Deseando poder seguir con vuestra fidelidad como lectores y deseándoos lo mejor para vosotros y los vuestros os saludamos atentamente el equipo de coordinación:
Arniel Levis
Agustí Pericay
Mario David Villa

        Podréis descargaros o leer en visualización directa los 19 números de GAY+ART (Revista de Literatura y Arte Gráfico Gay) siguiendo los siguientes enlaces web:



















lunes, 11 de abril de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (ROSITA, ANDREA Y UN JEFE DE PERSONAL CABREADO)

ROSITA, ANDREA Y UN JEFE DE PERSONAL CABREADO

        De las cuatro “mosqueteras”, hoy os voy a hablar de Rosita.
        Mi relación con Rosita empezó con muy mal pie. Era la típica recién casada de veinticinco años. Orgullosa de colaborar a pagar a partes iguales con su marido la hipoteca del piso que poseían en una ciudad dormitorio anexa a Girona. Hipoteca de la cual ya habían  amortizado más de la mitad. Se jactaba de que en su casa todo se hacía a medias y consultando siempre con su maridito. Aunque claro, normalmente se olvidaba de contar que su marido ganaba casi tres veces más que ella. Por lo que, por más que ella aportara a la hacienda familiar. Lo de participar en todo al 50% se hacía muy, pero que muy difícil de creer.
        Su marido era camionero de ruta internacional. Así que solo se veían un par de fines de semana cada mes. Llegué a creer que esa carencia de sexo tan espaciada era lo que la hacía tan “especial”. Y cuando digo “especial” no me refiero a un término amable, sino a todo lo contrario.
        Rosita era una fisgona. Y de las gordas. Siempre tenía los oídos en posición para escuchar conversaciones ajenas. Normalmente, en los turnos de desayuno se solía sentar estratégicamente en el centro posicional de las mesas y sillas de la sala de descanso. Y cuando creía que alguna conversación era de su posible interés, se quedaba totalmente inmóvil y lentamente se iba desplazando con el cuerpo hacia el origen de la conversación. Eso le había provocado más de un inconveniente al ceder el eje de equilibrio entre su cuerpo y la silla, cayéndose de bruces en el suelo.
        Esa posición era lo suficientemente próxima para detectar conversaciones interesantes, pero lo suficientemente alejada como para poder enterarse de todos los datos relativos a la misma.
        Lo que hacía a Rosita verdaderamente irritante, era que tenía la mala costumbre de rellenar los huecos que le faltaban de la información, con la cosecha propia de su imaginación. Y por lo que había podido comprobar más de un pobre desdichado, su imaginación era totalmente sucia y retorcida. Porque la cosa no solía quedar ahí. Después de rellenar los huecos que le faltaban, daba por buena y verídica la historia final resultante y se dedicaba a contársela a todo el mundo con el pleno convencimiento de que eso era lo que había oído.
        Y llegamos a mi tropiezo con Rosita. Más que un tropiezo fue un choque de trenes en toda regla. Sucedió en septiembre del 1992. Durante todo el verano había trabajado de camarero y coctelero en uno de los locales de moda de Palamós. Y como la base de mi alimentación durante ese periodo había sido básicamente repostería industrial y bocadillos de embutidos. Acabé en septiembre con el sistema digestivo hecho un fiasco y con una irritación sangrante en el ano.
        Como era de suponer cuando le estaba contando mi situación a Andrea, durante el descanso del desayuno. Rosita estaba en total posición y con las parabólicas directamente colocadas hacia nosotros. De toda la conversación solo le quedaron claros dos conceptos: ano y dolor sangrante.
        Cualquier persona normal habría pensado que el pobre chico tendría unas almorranas de caballo. O si el primer concepto que te viene a la cabeza es la palabra “MARICÓN”, pues que lo ha pillado un negro y le ha dado de lo lindo. Pues no, la niña tuvo que añadirle de su propia cosecha, además del ya un clásico “MARICÓN”, los conceptos “PROMISCUO” y “ENFERMEDAD VENEREA”.
        A medianos de septiembre fui requerido en personal, porque había una queja referente a salud sobre mi persona.
        -Esto… A ver, como te lo cuento esto. Los empleados nos han hecho llegar una queja sobre tu salud. Dicen que tienes una enfermedad venérea muy contagiosa y que deberíamos pedirte que no usaras el baño ni las duchas.- ¡ZAS! Así me lo soltó el jefe de personal, ante mi cara de estupor y sorpresa.
        -¿Perdón?- Dije sorprendidísimo. No me podía creer lo que acababa de oír. -¿Se puede saber de dónde ha salido semejante majadería?- Pregunté indignado.
        -Insinúas que no son ciertas las quejas de tus compañeros.- Insistió el jefe de personal.
        -¡Pues claro que no son ciertas! ¿Se puede saber de dónde coño ha salido esa patraña?- Le requerí, exigiéndole información.
        -Entonces si eso no es cierto, no pasa nada.- Y como si lo sucedido no tuviese ninguna importancia, me invitó a volver a mi puesto de trabajo.
        El grado de cabreo e indignación que se acumuló en mí era tal, que creía que en cualquier momento podría explotar y llevarme a toda fabrica conmigo. En vez de ir a mi sitio de trabajo me fui a la sección donde trabajaba Andrea para que me informara como lo tenía que hacer para presentar una denuncia formal en el comité de empresa (sabía que con una denuncia se verían obligados a exigir a la empresa explicaciones). Después de almorzar, a las dos y media, estábamos en la oficina del comité rellenando los formularios. Andrea alucinaba en colores.
        Durante todo el día, tuve la sensación de que todo el mundo me miraba con cara de asco y me señalaban con el dedo (vamos más de lo habitual que solían hacer en mi).
        El proceso fue rápido. A la mañana siguiente estábamos convocados en personal varios empleados (entre ellos Rosita), Andrea en su condición de presidenta del comité de empresa y yo mismo. La reunión fue breve. Todos admitieron que la información les había llegado por Rosita. En diez minutos quedamos en la sala Andrea, Rosita, el jefe de personal y yo.
        Rosita se mantenía convencidísima de que me había oído contarle a Andrea que yo estaba podrido por la sífilis, o no sé qué barbaridad de enfermedad.
        Andrea le comento al jefe de personal que desconocía totalmente el haber mantenido esa conversación. Y que lo único que recordaba haber hablado conmigo sobre enfermedades, era por un trastorno intestinal. Pero que ya lo había solucionado al empezar a comer correctamente en la fábrica. No teníamos ni idea de donde habría podido sacar Rosita semejante información.
        El jefe de personal poniéndose las manos en la cabeza en gesto de desesperación le pregunto directamente a Rosita: -A ver, dime las palabras exactas que oíste que le decía a Andrea.-
        Se puso colorada como un tomate y bajando la mirada (supongo porque acababa de darse cuenta de hasta donde había metido la pata) dijo: -Que le ardía el culo y le sangraba.-
        El jefe de personal, Andrea y yo nos miramos y gritamos casi a la vez: -¿Y que más le dijo?-
        -Pues eso, que le ardía el culo y le sangraba. Todo el mundo sabe que los maricones promiscuos como ese, cuando les pasa eso, es porque han pillado una mierda de enfermedad venérea.- Y después de soltar todo lo que tenía dentro, se quedó de lo más relajadita.
        -No me lo puedo creer, esta estúpida se lo ha inventado todo.- Dijo Andrea, sin terminar de creerse lo que acababa de oír.
        -Esta mujer está para que la encierren en un manicomio.- No me pude contener la lengua.
        -Bueno, pues una vez aclarado todo, creo que con una disculpa formal, todo tendría que quedar solucionado ¿no?- Dijo el jefe de personal mirándonos a Andrea y a mí, zanjando la reunión.
        -¿COMOOO?- No podía creerme lo que estaba oyendo. –Imagínese que la situación en la que me ha metido esta mujer le estuviese pasando a usted. Estoy convencido de que con una disculpa no se conformaría.-
        -Estoy convencido de que estaría tan molesto como tú, pero las normas de la empresa son muy claras en este tipo de conflictos. Si la responsable admite su falta. Con una disculpa formal se zanja el problema.- Dijo mirando a Andrea.
        Andrea no tuvo más remedio que darle la razón al jefe de personal. De hecho su firma estaba en el manual de resolución de conflictos de la empresa.
        Concluida la reunión volvimos todos a nuestro puesto de trabajo. Yo me pase el resto de mi jornada laboral maquinado como podría devolverle la jugarreta a la cabrona de la Rosita.
        Por la tarde, ya en casa, le saque el polvo a mi máquina de escribir (es que estoy hablando de 1992 y en mi casa no entró un ordenador hasta el 2003) y empecé a aporrearla con todo mi odio. Después me llegué hasta la librería del Josu para que me hiciese un buen puñado de fotocopias. Mientras, me relamía como un niño preparando su peor travesura.
        A la mañana siguiente. Adelanté el despertador media hora para poder llegar a tiempo de esparcir los papeles por todos los paneles de información de las cuatro naves. Serían  las nueve y media cuando, después del revuelo que se había montado, los jefes intermedios decidieron hacer desaparecer todos los panfletos que encontraron.
        De nuevo fui requerido en el departamento de personal. Esta vez a instancias de Rosita. Andrea volvía a estar ahí con cara de circunstancias.
        -Podemos aclarar esto rápido.- Exigió el jefe de personal.
        -Me las vas a pagar pedazo de cabrón.- Grito Rosita, mostrando me uno de los panfletos.
        -A ver, ¿qué sabes tú de esto?- Me dijo el jefe de personal agitando uno de los panfletos.
        -Pues no tengo ni la más remota idea.- Mentía mientras cogía uno de los papeles y fingía leerlo. –Vaya, estoy flipando. Esto sí que es lo que se considera una disculpa formal.- Lo doblé y me lo guarde en el bolsillo de la chaqueta gris del trabajo. –De acuerdo, Rosita, acepto tus disculpas. Pero creo que no hacía falta una confesión con tantas explicaciones.-
        Todos se quedaron pasmados con mi interpretación. Incluido Rosita, que de hecho no podía negar la evidencia. Lo que ponía en el panfleto era una disculpa formal de su comportamiento hacia los demás empleados. Y llevaba su firma.
        El documento decía: -Yo Rosita Fernández, consciente de que mi comportamiento hacia mis compañeros de trabajo ha sido totalmente inapropiado. Difundiendo mentidas sobre vuestra persona, con el consiguiente perjuicio que os he ocasionado. Os pido formalmente perdón por haber sido una chismosa y una fisgona de la peor calaña y espero poder compensároslo en el futuro. Si es que me dais una nueva oportunidad.- Firmado: Rosita Fernández (una chismosa arrepentida).
        Rosita salió del departamento de personal con el rabo entre las piernas. Todo lo que hasta entonces había sido orgullo había desaparecido de su rostro. Había encontrado a alguien que la había puesto en su lugar.
        Al salir, Andrea me decía al oído: -¡OLE! tus huevos. Te has tenido que leer todo el reglamento para poder preparar esta movida.- Mientras, yo, sonreía satisfecho.
        Sentí lastima de ella cuando vi que el resto de compañeros le hacia el vacío en los descansos. Así que le propuse a Andrea juntarnos con ella y demostrarle que también sabíamos perdonar. Cuando los demás se sorprendían porque seguía hablándole después del putadón que me había hecho. Yo siempre les decía: -Si Rosita hubiese podido escuchar la conversación entera y de cerca, estoy convencido de que no habría pasado nada de lo que pasó.- Además le di la oportunidad de conocerme como persona. En muy poco tiempo cambio totalmente su actitud hacia los homosexuales en general. No tardó mucho en sustituir de su lenguaje la palabra “maricón” por “gay”.


        Posdata:
        Tan importante como ganar una batalla, es saber gestionar la victoria para conseguir aliados entre las filas enemigas. Solo con esa actitud se consiguen ganar las guerras.













viernes, 8 de abril de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.4

       Cuarta entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer. 
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodia anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizas si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.













lunes, 4 de abril de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (SEXO, “DRAGG ISIS” Y AMOR ACONDICIONADO .2)

SEXO, “DRAGG ISIS” Y AMOR ACONDICIONADO .2

          Durante el verano del año 1994, ejerciendo de Dragg Issis. Alternaba mi trabajo de los fines de semana con las lentejuelas y los plataformones de Dragg Queen, con mi trabajo de operario en una fábrica de una multinacional japonesa de lunes a viernes, entresemana.
       Trabajar en una fábrica, aunque no estés en una cadena de montaje (como era mi caso), no dejaba de ser un trabajo monótono y de lo más aburrido.
       Mi trabajo consistía en alimentar las máquinas de una sala que insertaban componentes electrónicos en placas de circuitos. Cada 200 o 300 placas terminadas tenía que chequear una, comparándola con una de muestra, asegurándome de que todas las piezas y componentes estuviesen bien puestos en su lugar (dicho así suena muy glamuroso, pero en realidad, no dejaba de ser un coñazo aburridísimo).
        Lo único que suponía un cierto relax en la rígida disciplina laboral que se ejercía en el centro de trabajo, eran los veinte minutos que teníamos a las diez de la mañana para desayunar, tiempo en que nos reuníamos el grupillo de las cuatro “mosqueteras”, que era como nos conocían a nosotros el resto de los operarios.
        Era público y notorio para todo el mundo en la fábrica, mi homosexualidad. Junto con mi mala leche (en un mundo de heterosexuales, tienes que dejar muy, pero que muy claro, que, por muy mariquita que seas, no te va a temblar el puño a la hora de partirle la cara a alguien que se empeña en amargarte la existencia por el único motivo que no soporta tu tendencia sexual).
        Las cuatro “mosqueteras” éramos: Andrea, Eugenia, Rosita y yo mismo. Del grupo hoy solo os voy a hablar de Andrea. La que creo que fue mi mejor amiga y confidente en esa época de mi vida.
        Andrea era la perfecta ama de casa, casada, con tres hijos y un marido adorable. Era de esas mujeres que se apuntaron a la modernidad y para contribuir a la mejora del presupuesto familiar se puso a trabajar justo después de casarse, con lo cual cayó en la gran trampa que ha supuesto para la mayoría de las mujeres de clase media y baja el feminismo liberador e integrador de la mujer a la clase obrera: trabajaba ocho horas en la empresa y seis horas más en la casa.
        -¿Y cómo es que tu marido no te ayuda con las labores domésticas?- La respuesta siempre era la misma en todos los casos y situaciones: -Es que el pobre trabaja 14 horas cada día y no voy a pedirle que cuando llegue se haga él mismo la cena.- Y con esa escusa aceptaban cocinar, limpiar la ropa, cuidar los niños, limpiar la casa y todo lo que tiene que hacer una ama de casa normal y aplicada.
        Lo más sospechoso de esta situación, era que la mayoría de los miles de bares que hay diseminados por toda la provincia, estaban llenos de maridos tomando cervezas de cinco a nueve de la noche (curiosamente las tres o cuatro horas que deberían compartir labores familiares con sus esposas).
         Andrea, además de ser todo lo que les he contado hasta ahora, era una comunista convencida. Feminista radical y sindicalista de manual (estoy convencido que si se hubiese aplicado a si misma lo que se empeñaba que el resto del mundo hiciese habría sido mucho más feliz). Ante esta personalidad tan anacrónica, no me extraña que tuviese que meterse algún porrito de vez en cuando, para poder combatir lo que ella llamaba insomnio crónico.
         Y ahora continúo la historia donde la deje en el último episodio:
         Era el último fin de semana de Julio, justo ese día había empezado mis vacaciones de tres semanas en la fábrica. Había sido el debut de “Peggy la Charcutera” en el PACHA. Yo me había enamorado como un colegial de Jordi y lo más importante: Jordi me correspondía.
         En esa época yo vivía en la villa de Palamós. Era un pueblo incrustado en una bahía preciosa de aguas cristalinas (cosa que nunca he entendido, ya que tiene el tercer puerto comercial de Cataluña). Siempre me ha sido imposible  catalogarlo, no sé si es una ciudad pequeña o un pueblo grande. Lo que me sí que gustaba mucho de ese municipio es que tenía las ventajas de un pueblo junto al mar y las ventajas de una ciudad.
        Había un larguísimo paseo marítimo, que permitía tanto el paseo tranquilo como muchísimas modalidades de deporte aeróbico, y lo más importante, justo en el centro: POMELO’S.
        POMELO’S era una de esas coctelerias  que triunfaron a la sombra de los años 70. Claustrofóbicas. Decoradas con mármol, muchos espejos, con los sofás y butacas tapizadas con esa tela peluda, que te hace cuestionar muy seriamente el grado de higiene del asiento. Había sido reconvertido en karaoke y estaba viviendo su segunda época dorada (que por lo visto fue breve, ya que donde se situaba en este momento, hay ahora  un bloque de apartamentos a primera línea de mar). Era uno de los pocos locales en el municipio que funcionaban fuera de temporada turística, vamos, que abrían todos los días del año. Si a eso le juntamos el hecho de que lo tenía al lado de casa, comprenderéis que fuese el centro de reunión de mis amistades en Palamós. Además, fue en la terraza de ese local donde pasábamos Jordi y yo la mayoría de las tardes, haciendo tiempo juntitos antes de que me transformara en Dragg Issis, para trabajar en la discoteca (a veces maldecía el haber aceptado el trabajar cada día).
        En la discoteca, el desagravio que dispensaba Verónica S3, al éxito de “Peggy la Charcutera”, cada vez era más evidente. Pero, sinceramente, a mí me importaba un bledo. Yo era feliz, y no estaba dispuesto a permitir que las tonterías de una niñata con el ego hiperinflamado interactuase con esa situación.
        El trabajar cada noche, junto con las intensas sesiones de amor y sexo hizo que perdiese siete kilos. La verdad es que se me quedo un tipazo tremendo (fue una de las pocas veces en mi vida en que se me marcó la tableta de chocolate en los abdominales). Eso no evitó que disfrutara de mis merecidas vacaciones. Aunque sinceramente, a la segunda semana de repetir diariamente el mismo circuito se me empezó a hacer muy monótono. A saber: empezaba la mañana entre las doce y la una (cuando no eran las tres) en la cama, despertando entre los brazos de Jordi, según como nos pillara el cuerpo desayunábamos algo o hacíamos el amor. Entre las tres y las cuatro de la tarde nos solíamos tostar un par de horitas en la playa (ya que la teníamos a veinte metros de mi casa) hasta las seis, hora en la que nos duchábamos juntos, nos poníamos guapísimos y nos íbamos a cenar al centro, como dos guiris más (al principio Jordi nos acompañaba a cenar en el circuito promocional de la discoteca, pero la actitud cada vez más obsesiva de Verónica S3, nos hizo ver que si lo  que queríamos era que no se nos atragantase la cena, esa era la mejor opción) y a las nueve de la noche me dejaba en los camerinos del PACHA para transformarme en Dragg Issis. Ejerciendo de diva hasta las cinco de la madrugada. Jordi a veces se quedaba en la discoteca y otras aparecía a las cinco y media en el Bar Paco, donde se nos acoplaba para desayunar juntos. Siempre aparecía  para recogerme y llevarme de vuelta a casa con su Peugeot 305.
        Y llego el quince de Agosto. Si, la noche en que Peggy “la Carcutera” subió al cielo, literalmente.
        Mientras cargaban a la enorme Dragg Queen en la ambulancia (vi a Jordi entre los que ayudaban a transportar la pesada camilla por la escalinata de entrada) me sorprendí al ver la sonrisa de satisfacción en la cara de Verónica S3.
        Julio, al darse cuenta de que me desagradaba su evidente alegría por la situación que se había generado, me lanzo una mirada de maldición gitana y me profetizó: -No te las des de tan digna. Y vete con cuidado con ese noviete que te has echado. No es trigo limpio y te va a joder.-
        Ante tan evidente desafío, opté por no hacerle ni puñetero caso, aunque no me corte de soltarle: -Ve tú con cuidado, que como te muerdas la lengua,  te vas a envenenar.- Y salí al parking para interesarme por Peggy.
        El dieciocho de agosto, la fecha en la que se acababan mis vacaciones, volví de nuevo al trabajo en la fábrica (con un tipito fantástico y un moreno de escándalo). Nos juntamos de nuevo las cuatro “mosqueteras” para cotillear y relajarnos de la monotonía del trabajo. La verdad, me moría de ganas de contarle a Andrea todas las novedades del verano y el maravilloso novio que había encontrado.
        Una vez pasado agosto, llegó septiembre. El segundo viernes del mes, después de haber fornicado como animales, Jordi me comentó, como quien no quiere la cosa, que el sábado no nos veríamos porque tenía que asistir a una boda.
        No le di más importancia. Sin duda algún familiar cercano, una prima o primo o algún hermano quizás. No le pedí ninguna explicación, le quería y era muy evidente que su familia desconocía su historia conmigo. Así que ¿para qué provocar una situación incómoda haciendo preguntas que podrían hacerle creer que quería controlarlo? 
        Ese sábado, lo esperé a la salida del PACHA, con la esperanza de que se habría escapado a última hora para poder vernos, pero no apareció. Tampoco apareció el domingo, ni el lunes, ni el martes, ni ningún día de la semana siguiente, ni la semana después… Vamos, que había desaparecido. Era como si se lo hubiese tragado la tierra. Fue en ese momento cuando caí en la cuenta de que, en todo el tiempo que habíamos estado juntos nunca me había dado una dirección o un teléfono donde poder localizarlo en caso de emergencia. Simplemente porque nunca se dio el caso.
          Maldita Verónica S3. ¿Me había echado su maldición gitana y ahora todo se volvía en mi contra? O quizás, ¿había estado viéndome desde la distancia y se estaba dando cuenta de todos los errores que estaba cometiendo con Jordi?
          Durante ese tiempo estuve languideciendo entre el trabajo de la multinacional y las actuaciones de fin de semana de Dragg Issis en el PACHA. El tercer lunes de octubre, durante el descanso del desayuno. Me percaté de que una de las encargadas de la oficina estaba creando mucho revuelo con los compañeros, enseñando lo que parecía un álbum de fotos. Le pregunte a Andrea que pasaba con esa chica y me comento que la encargada de oficinas había llegado del viaje de novios y estaba enseñando las fotos a todo el mundo.
           -Viva el amor.- Pensé yo, mientras nos traía el álbum de fotos y una bolsita con gominolas en plan “quiero compartir mi felicidad”
           -Aquí estábamos en la iglesia. Después en el restaurante. Esta foto es del viaje a Punta Cana. Aquí con unos amigos.- Parecía que esa cretina no se iba a callar nunca y yo con ganas de estrangularla, porque…
          ¡¡¡PORQUE EL NOVIO CON EL QUE SE HABIA CASADO ERA MI JORDI!!!
          Entonces lo entendí todo: La boda a la que tenía que asistir era la suya, y por descontado yo había sido su despedida de soltero (y no veas que fiestón se había dado el muy hijo de la gran Puta)
          Estaba indignado. Tenía unas ganas tremendas de descubrirle todo el pastel y que todo el mundo supiese que ese maravilloso maridito con el que se había casado esa niña repelente era un hipócrita (Respiré hondo, y me mordí la lengua). La felicité por su maravilloso matrimonio y le deseé lo mejor del mundo, después me pasé el resto de la jornada  pensando en lo que le diría a ese cabrón de Jordi el día que apareciese en plan cordero degollado, pidiéndome un poco de sexo salvaje del que en casa no le darían. Porque una cosa tenía muy clara: “por mucho que intenten atarla, la cabra siempre tira pa’l monte”.

        Posdata:
        El amor es una puta mierda