miércoles, 29 de junio de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Verónica S3: Metamorfosis de marica a mujer)

VERONICA S3: METAMORFOSIS DE MARICA A MUJER

        Era el primer día de las vacaciones de navidad. Esa noche seria nochebuena, y el hecho de caer en sábado auguraba una muy mala noche para las cajas de los restaurantes y discotecas. De buena gana me habría quedado en casita con Álvaro. Pero mi acuerdo con el dueño del PACHA y mi amor propio me exigían el cumplir con mi contrato. También ayudaba el que mi nuevo amante no pudiese excusarse a asistir a la (según él) tradicional cena de nochebuena de su familia.
      Pero vayamos al principio. Álvaro y yo nos despertamos a las diez y media de la mañana a consecuencia del insistente timbre de la puerta de casa. Me puse los pantalones y fui a ver quién diablos era ese impertinente que nos molestaba en nuestro nidito de amor. Al abrir la puerta aparecieron Miquel y Nuria con un enorme bolsa llena de croissants. -Traemos el desayuno. Espero que tengas café.- Dijo Miquel entrando en tromba hacia el comedor, seguido por Nuria. 
        Al pasar por delante de mi habitación Miquel no pudo evitar el chafardear dentro, como hacia siempre (la puerta se había quedado abierta). -¡VIRGEN DEL AMOR HERMOSO! ¿De dónde has sacado este pedazo de hombre?- Exclamó sorprendido.
        -Mierda.- Pensé. -Si quería que mi historia con Álvaro fuese discreta, la he bien cagado.-
        -Vaya, que embarazoso. No creía que íbamos a ser tan inoportunos.- Dijo Nuria disculpándose. Y acto seguido se sentó al lado de la cama y se presentó: -Soy Nuria. La locaza escandalosa es Miquel ¿y tú eres?-
        -A… Álvaro.- Dijo sin acabar de creerse lo que estaba sucediendo.
        -Bienvenido a mi mundo.- Le dije a Álvaro mientras se cubría con las sábanas (él aún estaba en pelotas). -Con mis amigos tenemos unas confianzas que a veces dan un pelín de asquito.- Dejé a Nuria en la habitación hablando con mi amante y me dirigí a la cocina junto con Miquel para preparar una buena dosis de café.
        -No sabía que te gustasen los pelirrojos.- Me dijo Miquel mientras distribuía los croissants en un plato grande de pizza.          
        (Es cierto. No os había comentado que Álvaro era el típico pelirrojo con la cara llena de pecas.) 
        -Por cierto, ¿de dónde lo has sacado? Y, lo más importante, ¿había más como él?- Añadió.
      Diez minutos después teníamos preparado el desayuno en la mesa del comedor. Fui a la habitación a rescatar a Álvaro de Nuria. -Nuria, si lo dejas un momentito a solas se podrá vestir, y saldrá con nosotros.- Nuria se dio por aludida y abandonó la habitación. -Lo siento muchísimo. No he podido evitar que entraran.- Me disculpé. Álvaro me dio un beso en los labios y se puso a reír. Nos reímos los dos. 
        -Si me dejas salir de la cama, me vestiré y podremos desayunar con tus amigos.- Añadió. Yo me puse una camiseta de manga larga, ya que aún iba con solo los pantalones.
        Una vez controlada la situación, nos dispusimos a desayunar con la normalidad que se podía esperar de un grupo de locazas como nosotros.
        -Me he quedado con las ganas de saber si de abajo también eres pelirrojo.- Le dijo Nuria con todo el desparpajo del mundo a mi chico.
        Álvaro se quedó totalmente cortado. 
        -Te puedo asegurar que si.- Conteste yo, saliendo al rescate.
        Y luego salieron todas las preguntas de rigor. Que, si como os conocisteis. Que, si cuanto hace que estáis juntos. Que, si sabe que soy Dragg Queen (era evidente que me sería imposible ocultarle ninguna faceta de mi vida que conociesen esos dos). Después de poner al corriente a Álvaro de todas y cada una de mis intimidades. Salió el tema por el cual habían venido a mi casa: “La Cuca” y su historia con Julio.
        -Pues el Javi está de los nervios, porque Julio ha empezado a trabajar entre semana y no le da ninguna información de en qué consiste su faena.- Dijo Nuria. -Y para colmo han vuelto a abrir el ANARKO y ahora Javi trabaja cada día. Con lo que la sensación de descontrol sobre Julio todavía lo pone más estresado.-
        -Vaya no sabía que “La Cuca” fuese tan controlador.- Dije yo.
        -A ver. Centrémonos en lo importante de todo esto.- Insistió Miquel. –El ANARKO vuelve a estar abierto, eso significa que  se acabó la sequía de hachís y la farlopa.- Sabía que a Miquel le iba la marcha, pero no estaba acostumbrado a que hablase con tanta soltura de sus vicios.
        A las doce se despidieron los dos. Acordando antes, que el martes veintisiete (ese día Miquel tenía fiesta en el POMELO’S) haríamos la última barbacoa del año. Por fin nos quedamos solitos de nuevo Álvaro y yo. -¿Por dónde íbamos antes de que nos interrumpiesen?- Me dijo, sentándose encima de mis muslos. Y reanudamos nuestra actividad amatoria esta vez en el sofá.
        A las dos y media, aprovechando que hacía un día radiante. Decidimos ir a dar una vuelta al paseo marítimo. No soplaba nada de viento y el solecito invitaba a sentarse en la arena junto a la playa. A las cuatro nos entró hambre y nos tomamos unas tapas con una cerveza. Eran las cinco, y ya estaba oscureciendo cuando volvíamos a casa por la calle que va paralela al paseo marítimo. En ese momento, Álvaro hizo que me diese cuenta de algo que en realidad ya sabía. -¿Esta es la calle del barrio chino?- Me preguntó mostrando curiosidad. 
        -¿Porque lo dices?- En ese momento no sabía a qué se refería.
       -Es que, en los diez minutos que llevamos andando ya he contado cinco farolillos rojos.- Añadió. Tenía razón, exactamente no sabía porque, pero en las tres calles paralelas al paseo marítimo, se concentraban un total de catorce burdeles. Y sin ir tan lejos, la casa donde vivía tenía uno por delante y dos por detrás.
        -Pues ahora que lo dices. Tienes razón. De hecho delante del patio de casa está el “Bahía”. Que tiene fama de ser uno de los burdeles más selectos de la región. Aunque estas calles son muy tranquilas, nunca he tenido la sensación de que esta sea una zona de Barrio Chino al uso.- Le dije mientras llegábamos a casa. 
        Estábamos delante del “Bahía”. Durante el día, ese local daba la sensación de ser un bar antiguo cerrado al público. Los cristales que daban al exterior estaban tintados en negro y lo único que demostraba alguna actividad era la bombilla roja de baja intensidad que se encendía cuando oscurecía. La verdad es que nunca había visto ningún cliente entrar o salir de esa puerta. Me constaba que para entrar tenías que tocar un timbre. De hecho me recordaba a muchos de los locales de Barcelona de los años ochenta, que también funcionaban así: Tocabas el timbre y si el portero consideraba que eras lo suficientemente gay o lesbiana te dejaban entrar.
        Íbamos a cruzar la calle por el paso de peatones, cuando un taxi se paró delante de nuestras narices. Del taxi bajaron tres chicas riéndose. Por la ropa que llevaban era evidente, que sin duda, eran empleadas del burdel. Vamos que solo llevaban lencería debajo de las gabardinas y abrigos. De las tres había una que me era tremendamente familiar. -De qué cojones conozco a esa.- Pensé. Ellas seguían riéndose y murmurando mientras llamaban al timbre del “Bahía”.
        De golpe, la morena del pelo corto se giró al reconocerme. Su cara pasó de divertida a espanto. Las otras dos chicas la arrastraron dentro del local justo en el momento que me daba cuenta de quién era.
        -No me lo puedo creer. Esa era Julio.- Estaba alucinando.
        -¿Que es quién?- Me replicó Álvaro.
        -Julio. Vamos, que es Verónica S3. La Dragg Queen con la que comparto el show los sábados.- Le dije escandalizado.
        -No me jodas que tu compañero del PACHA, es puta.- Álvaro estaba flipando como yo.
        -Seria puta. Porque pinta de cliente no tenía ¿verdad?- Le dije mientras entrabamos en casa.
      Aunque en la calle ya había empezado a bajar la temperatura. Dentro de casa, la calefacción mantenía una temperatura muy agradable. Nos sentamos en el sofá. Los dos aún estábamos digiriendo lo que acababa de pasar. Y… por dios. Yo a las nueve tendría que mirarlo a la cara y no sabría dónde meterme.
        En ese momento todo me cuadró. No podía entender cómo Julio se mantenía económicamente. Porque, aunque las sesiones del sábado estaban muy bien pagadas. No cubrían las necesidades mínimas de una persona que vive solo. Es decir, alquiler de una vivienda, comida, ropa, vestuario y los extras habituales. Siempre había pensado que el liarse con Javi había sido una medida desesperada para no quedar en la calle. Pero, con la información de la que ahora disponía, ya no estaba tan seguro de eso.
        -¿Qué vas a hacer?- Me dijo mi amante pelirrojo, que se acurrucaba a mi lado en el sofá.
        -Ah no. No pienso liarla. Cerraré esta boquita de piñón y fingiré que estos ojitos no han visto nada.- Le contesté gesticulando con las manos. -Todo el mundo es libre de joder su vida como mejor le parezca.- Añadí.
        -Pues a mí me da cierta pena, quizás si hubiese tenido más apoyo de la gente de su entorno no estaría en esta situación.- Dijo Álvaro con tono que casi parecía paternalista.
        -Apoyo ha tenido, el problema es que se ha dedicado a joder a todo aquel que le habría podido ayudar.- Estaba pensando obviamente en el pobre Alfredo (Peggy “La Charcutera”). -Reconozco que no ha tenido una vida fácil. Pero eso no es motivo para descargar su ira con la gente que le rodea, y además sin venir a cuento.- Seguía pensando en Alfredo.
        Estuvimos haciéndonos arrumacos en el sofá y viendo una película en la tele hasta las siete y media. Hora en que Álvaro se fue a su piso de Girona para ponerse guapo y bonito para asistir a la cena de nochebuena de su familia. Mientras, yo preparé las cosas para la actuación de esa noche. Y seguí dándole vueltas en la cabeza al tema Julio.
        Eran las nueve y acababa de aparcar mi coche cerca de la escalinata de la entrada del PACHA. Mientras descargaba la bolsa con los utillajes de Dragg Issis, se paró un Nissan Patrol justo detrás de mí. Lo conducía una señora mayor, de unos cincuenta y pico años. De la puerta del copiloto bajo Julio, o Verónica S3, pues ya iba totalmente maquillado y a juzgar por lo que pude ver debajo del abrigo de pelo artificial, aun llevaba la lencería que le había visto por la tarde.
        Mientras nos maquillábamos, me percaté de que, lo que en verano eran unas incipientes tetillas, ahora ya se podrían considerar unos pechos de reglamento. Caí en la cuenta que desde hacía unos tres meses, Verónica S3 había cambiado la licra, los corsés y los corpiños apretados por conjuntos de lencería súper provocativos y mucho más sueltos. De hecho su cuerpo se había feminizado muchísimo a consecuencia del tratamiento hormonal que sin duda estaba siguiendo. Lo único que era incapaz de ocultar y que lo delataba donde estuviese era una enorme nuez de Adán que le sobresalía casi dos centímetros del cuello. Defecto que intentaba ocultar a base de pañuelos, fulares y gargantillas.
        En la hora que duró mi transformación en Dragg Issis, Julio no soltó ni media palabra. Cuando lo miraba con el rabillo del ojo o a través del espejo, lo pillaba mirándome con cara de muy mala uva. -De acuerdo. Lo admito. Me has pillado. Soy puta.- Me soltó cuando ya no pudo contenerse más. Se me quedó mirando con los brazos extendidos esperando alguna reacción por mi parte.
        -Es un oficio tan digno como cualquier otro.- Le contesté al cabo de un largo minuto, con tono muy sereno. -Algunos de mis mejores amigos se han dedicado a este oficio y eso nunca me ha supuesto ningún problema.- Añadí.
        -Pero me estas juzgando.- Insistió.
        -Sí. Te estoy juzgando. Pero no te creas que lo haga porque te ganas el sueldo con la polla. Lo que más me repatea de ti, es que pisoteas a todo el mundo como si fuese una mierda. No tengo ni idea de cómo de mal te ha tratado el mundo. Pero ten clara una cosa, los que pasamos por tu lado no somos los responsables de las decisiones que tomas con tu vida, sean buenas o malas. Además, insisto. Ser puta, por lo que a mí respecta, es un oficio de lo más digno.- Me quedé completamente desahogado.
        Esa noche hicimos todo el paseíllo por la zona comercial casi sin hablarnos y con una tensión que no pasó inadvertida por los seguratas que nos acompañaban. Y la verdad es que se juntaron el ambiente frio de la temperatura en la calle con el poco movimiento de clientela en los restaurantes y bares. Una muy mala noche para las cajas de los restaurantes y bares de copas. La discoteca se animó bastante a partir de las tres de la madrugada. Aunque lo que más me animó a mí fue la llegada de mi pelirrojo hacia las cuatro.
        Fue en esa nochebuena de 1994, cuando, debido al total cambio de género en su aspecto y ropa. Dejé de llamar a Julio por su nombre y pasé a referirme a él simplemente como Verónica. 



        Posdata: 
        Hay que tener cuidado con lo que deseas. A veces los regalos de Santa Klaus son exactamente eso. Y acabar descubriendo lo equivocado que puedes estar, puede hacer que te odies a ti mismo.











martes, 21 de junio de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Dragg Issis, yo mismo y un señor japonés.8)

DRAGG ISSIS, YO MISMO Y UN SEÑOR JAPONÉS.8 (Consecuencias, reacciones y repercusiones)

        Hacia veinticuatro horas justas que me había despedido de Hikaru Yamahaka, el que había sido mi amante durante los últimos nueve días. Y me despertaba en los brazos de Álvaro, un compañero de trabajo que se me había declarado justo en mitad de mi romance con el japonés.
        Me sentía muy satisfecho de mí mismo, ya que a pesar de no haber dicho toda la verdad a ninguno de los dos, técnicamente, tampoco les  había sido infiel, ya que empecé mi relación con Álvaro justo después de terminarla con Hikaru (unas diez horas para ser exactos).
        El despertador sonó a las seis de la mañana, repetí el mismo ritual que llevaba haciendo toda la semana anterior: una buena ducha con mi nuevo amante (creo que la mayoría de los mortales desmerecen las duchas compartidas. Yo personalmente creo que al compartir una ducha con tu amante creas un vínculo emocional y afectivo capaz de consolidar una relación, sobre todo al principio), desayuno de un buen café (esta vez soluble y calentado al microondas) y  bollería (en vez de pastelería esta vez era industrial). Y cada uno en su coche dirección a la fábrica.
        Debo informaros que a partir de este momento ya no os contare más cosas de mi relación con Álvaro (hasta dentro de algún episodio, no os asustéis). Y me centraré en lo que pasó a partir el momento en que se fueron de nuevo al Japón los auditores de calidad. 
        Era martes veinte de diciembre. Quedaban escasamente tres días para que empezasen las vacaciones de navidad. Un par de semanas que me irían de puta madre para desconectar y relajarme. Aunque la realidad era tozuda y parecía que el Sr. Yamahaka no desaparecería tan fácilmente de mi cabeza: Al ponerme el uniforme en el vestuario de la empresa, me di cuenta que en el fondo de mi mochila había un sobre que no había visto antes. Lo abrí y en su interior había una carta escrita en inglés y un gran fajo de billetes de cinco mil pesetas. Iba bien de tiempo y leí la carta.
        -Mi artista querido (así me solía llamar), no te tomes a mal esto que estoy haciendo. Pero me es necesario para poder seguir adelante. Necesito pagarte para poder olvidarte. Preferiría que pensases que este dinero es una compensación por la información que me has entregado y que tanto bien hará a la empresa a la que los dos servimos. Cuando te haya olvidado, intentare recordarte con cariño. Firmado: HIKARU.- 
        Doblé la carta con cuidado y me la guarde en uno de los bolsillos cerrados de la chaqueta, y evitando derrumbarme delante de todo el mundo, me fui al baño, donde escondido en la letrina me permití algunas lágrimas. No sé si de rabia o de desolación. 
        El resto del día lo pasamos reparando los aparatos repletos de topos rojos. Tal y como yo auguré, ese trabajo nos duró hasta el miércoles. Álvaro se mostraba muy afectuoso conmigo y yo intente disimular la situación mental que tenía en ese momento para que no creyese que me había entrado el pánico post-coito.
        El miércoles a mediodía acabamos las reparaciones de los aparatos. La tarde la dediqué a poner en orden y recoger las mesas y los aparatos de medición que habían sido instalados en el almacén de control de calidad. Hacia las cuatro y media ya no quedaba ningún rastro en la estancia del paso por allí del Sr. Yamahaka y el Sr. Hikamasha. Entonces apareció el Sr. Cubiles. –Acabo de firmar la prejubilación. Que he aceptado a cambio de una generosa compensación económica.- Me dijo con tono abatido.
        La verdad es que no sabía si felicitarlo o darle el pésame. 
        -Me sabe mal por Álvaro.- Añadió. –Del árbol caído todos intentan hacer leña y él se encontrará en mitad de la jauría de lobos.- Su tono era verdaderamente de preocupación. 
        El jueves descubrí por donde irían las cosas en los próximos meses. Me quedó claro que jamás regresaría a mi puesto en las injertadoras de componentes. El jefe de producción se relamía de gusto, mientras me enviaba a cargar camiones con los estibadores. No quise darle la satisfacción de verme cabreado por esa decisión. Así que me tragué el orgullo y le contesté con un eufórico: -Fantástico, hoy no tendré que ir al gimnasio.-
         El día se me pasó cargando miles, que digo miles, millones de cajas de producto acabado y embalado. Llenando uno detrás de otro todos los contenedores que iban llegando. Decidí no quejarme a Andrea porque creía que si implicaba al comité de empresa en este asunto aun empeoraría más las cosas. 
        Mientras preparaba mi venganza.
        Aunque no lo mencioné, Álvaro durmió cada noche conmigo en mi casa. Pero decidimos practicar cierta discreción en la empresa, ya que el horno no estaba para ese tipo de bollos.
        La noche del jueves me dolía todo el cuerpo. El viernes por la mañana tenía agujetas en sitios donde nunca pude imaginar que había un musculo. Me tomé un par de cafés con mucho azúcar y tres aspirinas y el dolor remitió bastante. Y volví a hacer el paripé delante del jefe de producción, al que, mi irreverente felicidad por el castigo que él creía que me estaban infringiendo, era evidente que no le hacia ninguna gracia.
        A medio día la producción paró en todo el complejo, y empezó el zafarrancho de limpieza previo al cierre por vacaciones. En los almacenes el paro no se produjo hasta que el último producto fabricado no estuvo metido en su correspondiente contenedor.
        Para entonces yo ya tenía claro lo que iba a hacer. -Os vais a cagar, malditos hijos de puta.- Me decía para mí mismo.
        Era norma que, el último día laborable del año se entregaban el aguinaldo y la paga doble de navidad en una fiesta que la empresa organizaba en una conocida sala de eventos de la ciudad. Ese día todos los empleados aprovechaban para lucir como si fuesen a un sarao de alta alcurnia.
        Quedé con Álvaro para ir juntos a la fiesta, así que lo recogí en su piso de Girona y allí que nos fuimos. -Me lo parece o vas tremendamente gay a la fiesta.- Me dijo Sorprendido.
        -Bueno, ya que soy la maricona de la fábrica, lo mejor es estar a la altura de sus expectativas.- Mentía como un bellaco. En realidad llevaba todo el conjunto súper mega gay que me había regalado Hikaru.
        -¿Y este reloj? Vaya pasada.- Dijo con tono de admiración.
        -Un regalo que me ha hecho mi familia.- Seguí mintiendo.
        -¿Joder! Yo quiero una familia como la tuya, menudo regalazo, un Festina de oro y diamantes. Por lo menos llevas medio millón de pesetas en la muñeca chaval.- Me dijo escandalizado.
        -Ah sí.- Le dije sin darle importancia. –Creía que habrían sido unas doscientas mil pesetas nada más.- Estábamos llegando al local. Aparqué cerca de la puerta principal. Me calcé la cazadora de motorista de cuero negro con incrustaciones metálicas de la marca “Jack and Jones” y entramos en la fiesta. Yo iba con la intención de entrar a matar a la que se me pusiese a tiro alguna de las lacayas del jefe de personal. Tuve suerte, estaban las dos de cháchara con su jefe. -Bingo, el trío fantástico al completo. Ya son míos.- Me relamí en mi mala leche.
        Me acerqué y les felicité por la organización de la fiesta. -Qué curioso, la semana pasada compré un conjunto igualito que el que llevas.- Dijo Vanessa, la lacaya delgaducha. La cara del jefe de personal de golpe y porrazo, cambio a una expresión de terror. La expresión se volvió de pánico cuando me bajé la manga de la cazadora para que viese el carísimo reloj que sin duda habían regalado al Sr.Yamahaka. 
        Sin decir nada mas (estaba convencido de que el jefe de personal era un muy buen entendedor) fui a por una copa y me puse en un rincón alejado de la pista donde no hubiese mucha gente. No pasaron ni cinco minutos hasta que apareció el jefe de personal. -¿Hasta dónde la has cagado, cabón?- Me dijo con tono inquisidor.
        -Lo suficiente para que os metan una bombona de butano por el culo a todos y cada uno de vosotros.- Le dije con tono muy serio. -Ah, y por cierto, tengo el teléfono personal de Hikaru, y aun me queda mucho por contarle.- Estaba en racha, porque ahora sí que me estaba tirando un farol.
        Se quedó un momento callado, y después me soltó: -¿Qué es lo que quieres?-
        -De entrada, que se acabe el putearme. Mi puesto en las insertadoras de componentes os lo podéis poner donde queráis. Prefiero el turno partido. Un sitio tranquilo, sin superiores que me atosiguen, estaría bien. Ah, un aguinaldo digno y un ascenso en mi categoría profesional tampoco estaría de más.- Me estaba escuchando y estaba alucinando conmigo mismo.
        Sin decirme nada, volvió con el grupo de directivos y siguió atendiendo a la fiesta. Al momento, se me acercó Álvaro y me indicó que quería que fuésemos a bailar a la pista con Andrea, Eugenia y Rosita. Accedí aunque las agujetas me estaban matando.
        A las doce cuando regresábamos con mi coche a casa, Álvaro me preguntó: -¿Qué quería de ti el jefe de personal?-
        -¿A qué te refieres?- Fingí no saber de qué me hablaba.
        -Te vi hablando muy serio con el jefe de personal al principio de la fiesta.- Insistió.
        -Aaaah, me estaba quejando de la situación que me tienen desde que hicieron la inspección en la empresa.- Le mentí de nuevo (por dios, la mitad de lo que le cuento a este chico son mentiras).
        -¿Y te lo van a solucionar?- Seguía insistiendo.
        -Eso espero- Le dije sonriéndole. -Más les vale, por la cuenta que les trae.- Pensé para mí.
    Dos semanas después, al finalizar las vacaciones. Cuando regresamos a la empresa. Nos encontramos con la sorpresa de que el jefe de personal había presentado su dimisión para irse a trabajar como encargado de recursos en una empresa de la competencia (Era zorro viejo. Y cuando vio la que se le venía encima, optó por salir corriendo). 
        La dirección había Prejubilado al Sr. Cubiles (Echaría de menos a ese pedazo de maricón viejo). 
       Todos los directivos y técnicos japoneses habían sido cesados en bloque. Siendo sustituidos por personal enviado especialmente desde la dirección de la empresa madre del Japón (lo primero que hicieron fue una auditoría de infarto que se llevó por delante de patitas a la cárcel a dos de los directivos españoles).
        Curiosamente hubo una redada del departamento de inspección de trabajo en todos los talleres clandestinos que producían material para la empresa. (Por lo visto, alguien desde Japón, encargó a un equipo de detectives que reuniese pruebas para presentar la denuncia contra esas empresas). 
        Ah, a mí me asignaron a un nuevo departamento dentro de la sección de control de calidad. Mi nuevo trabajo consistiría en recorrer el almacén de carga con un carrito y elegir al azar veinte aparatos de manera aleatoria cada día y hacerles todo tipo de inspecciones buscando fallos en la calidad. Cada día tenía que hacer un informe y entregarlo directamente al nuevo jefe de control de calidad. Como era un cargo con cierta responsabilidad me subieron mi categoría profesional.
        El día 20 de enero cuando llegó el nuevo director general, enviado desde la Casa madre japonesa. Me requirieron en la oficina de personal. Vanessa, la nueva y flamante jefa de personal, se reunió conmigo para hablar de un tema que según ella era muy espinoso.
        Resultó que el nuevo director general había traído regalos para todos los cargos directivos e intermedios de la empresa y se había producido una situación que para ellos era de lo más embarazosa. Pude ver en la mesa una caja llena de juguetes infantiles de esos que consisten en un palo con una bola atada con un hilo, que tienes que sacudir e intentar coger la bola con el palo. Al fondo había una gran caja de cristal con una muñeca de porcelana en su interior que representaba una bailarina japonesa. Estaba ataviada con un kimono que era clavadito al que use en mi espectáculo el día que conocí al Sr. Yamahaka. Todo azul celeste con los ribetes y un gran lazo de color rojo. El pelo estaba recogido con un peinado parecido al que llevaba yo ese día. Incluso el maquillaje era en tonos azules incluido los labios. Me dio por reírme.
        -No me jodas que ha enviado la muñeca para mí.- Le dije a Vanessa sin poder dejar de reírme.
        -No tiene ninguna gracia. Aquí todos lo ven como una broma de muy mal gusto.- Dijo con muy mala leche, la nueva jefa de personal.
        -Y ¿qué propones?- Yo no podía dejar de reír.
        -Estamos obligados a entregarte la puta muñeca a ti. Pero… podríamos llegar a algún tipo de acuerdo.- Parecía que los ojos se le saldrían de las órbitas.
        Dos horas después, salía del departamento de personal con uno de esos juguetes en la mano y un documento en el bolsillo en el que constaba que: yo entregaba la muñeca a la empresa mientras estuviese contratado en ella. La dirección de la empresa me la devolvería el día que fuese despedido o, en su defecto, yo rescindiese mi contrato laboral de manera voluntaria. 
        Desde ese día la joya que lucían con orgullo en el vestíbulo del departamento de dirección de la empresa, era una muñeca de porcelana que representaba a una Dragg Queen de pueblo en su apogeo artístico. Aunque, claro, esa nunca fue la versión oficial.

        Posdata:
        Mi abuela decía: Para atrapar a un perro rabioso tienes que tener mucha paciencia. No es nada fácil ponerle la soga al cuello y tirar hasta que este ahogado.


viernes, 17 de junio de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.14

        Catorceava entrega de el libro comic 27 YAHOREE, y con esta termina la primera parte. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer.
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizás si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA. Aunque, para ser sinceros, no ha hecho falta la intervención de Angus para liarla parda... para ello se ha bastado él solito... poniendo en pie de guerra a todos los invitados al funeral.
        Después de la desenfrenada orgía homosexual que acabó siendo el funeral de Gregory, Alex se abandona a sus fantasías oníricas, donde, por fin, el extraño amante de sus sueños le propone liberarse de sus insistentes arrebatos sexuales... pero, cuidado, no parece del todo dispuesto a cumplir su parte del trato.
        Alex no lo tiene claro, al parecer ese extraño ser gaseoso pretendía apoderarse de su cuerpo, pero... ¿que esta sucediendo? ¿se encuentra en medio de una guerra entre dos fracciones de esos extraños seres? ¿porque es tan peligroso que ese tal Romar posea el cuerpo de Angus?
        Pues porque cuando un Yahoree ocupa un cuerpo humano desarrolla todo su poder. Y el poder de Romar puede transformar la casa en un solar. Visto lo visto, se impone una rápida huida. Pero... ¿la asistenta personal también esta poseída por uno de esos extraños seres? ¿y sus ataques son venenosos de morirse?
        Por un momento todo ha parecido perdido. Romar ha estado a punto de partirle el cuello a Alex... pero nuestro protagonista de algun modo extraño ha conseguido expulsar a ese ser gaseoso del cuerpo de Angus. ¿Que sucederá a partir de ahora?
        Pues resulta que Alex también tiene esos poderes extraños... no, si al final resultará que todo eso le viene de familia. 
        Así como el que no quiere la cosa nuestro amigo se ha cargado a esa pérfida que ejerce de Rottenmeyer y ha continuado el tema donde lo dejó con Marcus... en la cama follando como locos.
        Mientras la gatita blanca sigue con sus tejemanejes, ahora con la confianza que le da el tener a Romar bajo su control. Aprovecha entonces para colarse en los sueños de Alex e intentar explicarle lo que realmente le está sucediendo: Alex Romagor es un híbrido entre las dos especies: la humana y los extraños seres gaseosos.
        Aunque... nuevos problemas se ven en el horizonte... para empezar la inspectora de policía no se cree que la muerte de Iris haya sido un hecho accidental y las explicaciones de Alex no son para nada convincentes. ¿Que sucederá a partir de ahora?

         Agusti pericay (tipericay@gmail.com)










miércoles, 15 de junio de 2016

Nº 20 de la revista Gay+Art

        Se lanzó por fin el nº 20 de la revista Gay+Art. conseguirla es tan facil como descargarsela completamente gratis desde este link: http://www.bubok.es/libros/247132/GayArt-n20-revista-de-literatura-y-arte-grafico-gay 
    Si deseais una lectura directa sin tener que descargaros el PDF podeis ir a esta otra direccion web: https://issuu.com/agustipericay/docs/gayart-n20-revista-de-literatura-y-
         Gay+Art es un proyecto de autopromoción para escritores, poetas, ilustradores, creadores de cómic y artistas en general que sean gays, lesbianas, transexuales o heterosexuales que incluyan en su obra referencias al mundo homosexual en positivo.



martes, 14 de junio de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Dragg Issis, yo mismo y un señor japonés.7)

DRAGG ISSIS, YO MISMO Y UN SEÑOR JAPONÉS.7 (sábado noche y domingo todo el día hasta el lunes)

        Hay una norma no escrita en el mundo de la noche: La noche es fiesta y la fiesta es divertida. Si eres incapaz de ser divertido no trabajes en la noche, o en su defecto bebe o drógate hasta que empieces a ser divertido. Esta norma es la responsable de que los centros de tratamientos de adicciones estén llenos a rebosar de camareros, gogos, porteros y demás fauna nocturna.
        Eran las nueve y en el camerino del PACHA estábamos Julio y yo en plena transformación. -Oye, necesitarás cemento para cubrir esas ojeras. Por lo que parece la semana ha sido intensa.- Me dijo Julio con su tonito envidioso.
        No me moleste ni en mirarlo. Le hice un gesto con la mano cerrada y el dedo medio levantado, añadiendo un -Que te den.-
        La verdad es que echaba de menos el buen rollito que teníamos al principio de trabajar los dos en el PACHA, cuando nos contábamos todos los problemas que teníamos y no nos dedicábamos a meternos pullas por cualquier cosa. Tenía la esperanza de que Julio también tuviese ese sentimiento. Y, no sé, (tal vez sería porque estaba muy saturado con el tema del japonés y la empresa donde trabajaba entre semana) pero creí que era el momento de enterrar el hacha de guerra y sellar algo parecido a un acuerdo de paz. -Oye Julio, lamento que esta historia de haya desmadrado tanto, creo que si me he pasado contigo debería pedirte disculpas.- Julio (bueno cada vez era más Verónica S3) se giró y me miró con cara sorprendida.
        -¿Dragg Issis disculpándose?, eso es nuevo.- Me dijo. -A ver por dónde me vas a salir.-
        -Solo es eso, si en algún momento te he faltado al respeto… pues que lo siento.- Insistí.
        A las diez, cuando empezamos a hacer el recorrido por la zona comercial, había muy poca gente en la calle. Era normal, estábamos en diciembre, hacía un frío de tres pares de cojones y nosotros estábamos medio en pelotas en mitad de la calle. Nos tocaba cenar en el “Yaya Pepa”. Nos recibió encantado un casi recuperado de su accidente Alfredo (si, la maravillosa Peggy la Charcutera). Había bastante clientela. Cenamos algo ligero y bebimos (yo particularmente necesitaría beber mucho esa noche para ser mínimamente divertido). Improvisamos un par de playbacks, repartimos invitaciones y nos hicimos fotos con los clientes que lo desearon. Después, a las doce nos recorrimos los locales de copas habituales, repartiendo publicidad y tomando maaas chupitos. A las dos y media cuando empezamos en la discoteca, había bebido lo suficiente para empezar a ser divertido.
         Para esa noche había reutilizado los guardainfantes de un disfraz de María Antonieta, para hacerme una versión Dragg de una lencería rococó en rosa y blanco. Como nota de contraste llevaba un mega-pelucón hecho con un gorro de piscina y cinco madejas de lana de tres tonos marrón, trenzadas a modo de rastas. Colgaban del guardainfantes cd´s viejos o rayados a modo de cortina, vamos, de hecho toda la bisutería que llevaba estaba hecha con cd’s. En la cara, el maquillaje típico de Dragg Issis en tonos azules, incluidos los labios. Esta vez no abusé tanto de la purpurina.
        Después del fotocool y la primera actuación, mientras hacía el paseíllo por la discoteca, descubrí con horror que Álvaro estaba allí. Iba acompañado de dos chicas y sin duda estaba buscándome entre los camareros de las barras y el personal. -No es el momento para que descubra que soy Dragg Queen.- Y decidí evitarlo durante la noche, aunque estoy convencido de que no me habría reconocido ni que me cayera encima de él. Hacia las cuatro de la madrugada vi como recogía su chaqueta y se iba con las chicas.
        Dos actuaciones después y el último fotocool de la noche, corrí a cambiarme y desmaquillarme a los camerinos. No había parado de beber chupitos en toda la noche y aún estaba un poco achispado (tengo que beber muchísimo para empezar a marearme o a tener sensación de borrachera). Tatiana (la camarera de los pechos enormes) entró en el camerino buscando alguna cosa. -Vendrás a desayunar con nosotros al Bar Paco. Te echamos de menos la semana pasada.- Dijo cordialmente.
       -No creo.- Le dije. -Estoy demasiado hecho polvo, solo quiero pillar la cama y dormir tres días seguidos.-
       Cuando me disponía a ir a cargar al coche la mochila con los trastos de Dragg Issis, me salió al paso Markus (el segurata rubio). -En la puerta hay un hombre que pregunta por ti.- Me dijo sonriendo. -Tendrás que contarme como lo haces para estar tan solicitado.- Añadió.
        En la puerta estaba el conductor del coche de alta gama que usaba el Sr. Yamahaka. -Él quiere verte.- Me dijo en un tono muy serio.
        Llevé los trastos al maletero de mi coche. Estaba nervioso mientras me dirigía al coche junto al conductor. Entré.
        En el asiento trasero estaba el que había sido mi amante durante la última semana, me acomodé cerrando la puerta y lo salude: -Creía que ya estarías instalado en Barcelona, como me dijiste.-
        -No puedes soltarme lo que has dicho esta tarde y simplemente desaparecer. No lo acepto.- Dijo muy serio. -Además, te has dejado olvidada tu cazadora de piel.- Sonrió mientras me abrazaba. -He alargado mi estancia en el hotel dos noches más.- Añadió mientras me besaba.
        -Debo recoger algunas cosas, no serán ni diez minutos, enseguida volveré.- Corrí a la discoteca a recoger mi mochila de diario y la paga de la noche y sin despedirme de nadie regrese al coche. Julio que aún estaba con todo el maquillaje de Verónica S3 en la cara, se me quedó mirando en plan ¿y a este que le pasa?
        El camino de vuelta al hotel de Girona lo pasé abrazado y besando a Hikaru. En el hotel repetimos casi igual lo que hicimos el sábado que nos conocimos, acabando haciendo el amor en el yacusi. Después dormimos hasta casi las tres del mediodía.
        Pedimos comida al servicio de habitaciones y hablamos mientras desayunábamos o almorzábamos (o lo que tocara a esa hora del día). Le respondí a todas las dudas que le habían quedado después del bombazo que le solté el día anterior. Me tranquilizó el interés que tenía por conocer todos los detalles de la conspiración que se urdió en la fábrica. Tomó muchísimas notas y se apuntó los nombres de todos los que según mi conocimiento habían estado implicados. No salimos del hotel en todo el día, y antes de dormirnos nos despedimos, esta vez sí que ya definitivamente.
        A las seis y media cuando nos despertaron desde recepción hicimos por última vez el ritual de la semana pasada: ducha juntitos, desayuno con café y bollería de pastelería, despedida y… -¡MIERDA!, mi coche estaba otra vez en el parking del PACHA.- Pedí de nuevo un taxi en la recepción. -Otras quinientas pesetas a tomar por el culo.- Me lamenté.
        Ya en el trabajo, después de la gimnasia y el boletín de producción, tuve la primera noticia de por dónde irían las cosas en los próximos meses, cuando descubrí que mi puesto de trabajo en el turno de mañana había sido cubierto por otro operario y no parecía que tuviesen intención de volver a restituírmelo. Cuando pregunté al jefe de producción que tenía que hacer, me envió, con su desagradable tono de desprecio, al almacén de control de calidad. 
        Al pasar por el taller de calidad Álvaro me lanzó una sonrisa de oreja a oreja. Aún no habíamos acabado de reparar todos los aparatos con topos rojos de la inspección, así que lo reanudamos donde lo dejamos.
        -El sábado fui al PACHA y no te vi trabajando allí.- Me dijo con tono de culpabilidad.
        -¿Y cómo sabes que trabajo allí?- Le pregunté haciéndome el interesante.
        -Me informo.- Dijo riendo.
        -Pues no te vi.- Le mentí.
        -No pudiste verme porque no estabas allí.- El tono empezaba a sonar enojado.
        -Estaba allí, solo que no te fijaste en mi.- Le dije muy seguro de mí mismo.
        -¿Ah sí? ¿Y dónde estabas si puede saberse?- Ya empezaba a mosquearse.
        -En el pódium. Yo era el espectáculo.- Toma bombazo.
        Álvaro se calló y siguió con su trabajo sin decir nada más. De hecho no dijo nada hasta la hora del descanso. Cuando sonó la sirena que marcaba las diez y media y nos movimos para salir. Me cerró la puerta en las narices y me arrinconó dándome un morreo con lengua otra vez. Yo le correspondí, mientras pensaba: -Por favor, que estén desconectadas las cámaras.- La sonrisa pícara que lucía en la cara el Sr. Cubiles cuando pasamos por su sección me dio a entender que las cámaras aún seguían enchufadas. Me tranquilizó el saber que no le interesaba perjudicar a Álvaro.
         El día prosiguió de manera monótona. A la una y media, después de comer, mientras tomábamos el sol en los jardines de la empresa le pregunté: -¿Tienes coche?-
        -Claro, ¿Cómo crees que vengo cada día desde Girona?- Me dijo un poco ofendido.
        -Ok, si quieres tener tu primera cita conmigo tendrás que llevarme al PACHA a las cinco cuando salgamos de aquí.- Sus ojos se iluminaron de golpe. -Después seré tuyo para lo que desees.- Añadí.
        El turno de tarde pasó rápido. No me podía imaginar que reparar los defectos de producción fuese tan laborioso, sobre todo si tenemos en cuenta que las cadenas de producción montaban un aparato cada quince o veinte segundos. Al ritmo que llevábamos, tenía la impresión de que nos llevaría toda la semana reparar todos esos aparatos.
        A las cinco nos montamos en el Peugeot 206 de Álvaro y nos dirigimos hacia la discoteca. Mi coche color lagarto seguía aparcado solitario en el centro del parking. -Sígueme, iremos a mi casa.- Me insinué sonriendo. A los diez minutos estábamos aparcando en la casa de Palamós. Recogí el correo de una semana que se amontonaba en el buzón (la mayoría era publicidad) y entramos en la casa. Me di cuenta que llevaba diez días sin recoger nada. El cubo de la basura estaba lleno y los platos sucios se amontonaban en la pica de la cocina. –Vaya, piso de soltero cien por cien.- Dijo Álvaro al ver el panorama.
        -Sí, soy un desastre en el tema del orden.- Reconocí, avergonzado.
        -No me importa.- Dijo mientras me cogía del cinturón del pantalón y me acercaba hacia él. Quedamos uno frente al otro. Nuestros labios estaban a escasos centímetros y notaba que dentro de su pantalón había algo que, por momentos, crecía sin control. Un beso apasionado, y en pocos segundos estábamos desnudos, amándonos sobre mi cama de matrimonio, que por cierto hacía más de una semana que no usaba.


         Posdata:
         Me cago en las putas cabronas de viejas del lugar: En efecto, un clavo saca otro clavo, y otro clavo saca al último. Hacía menos de veinte horas que me había despedido de mi amante y Álvaro había conseguido que lo olvidara completamente.











viernes, 10 de junio de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.13

        Treceava entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer.
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizás si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA. Aunque, para ser sinceros, no ha hecho falta la intervención de Angus para liarla parda... para ello se ha bastado él solito... poniendo en pie de guerra a todos los invitados al funeral.
        Después de la desenfrenada orgía homosexual que acabó siendo el funeral de Gregory, Alex se abandona a sus fantasías oníricas, donde, por fin, el extraño amante de sus sueños le propone liberarse de sus insistentes arrebatos sexuales... pero, cuidado, no parece del todo dispuesto a cumplir su parte del trato.
        Alex no lo tiene claro, al parecer ese extraño ser gaseoso pretendía apoderarse de su cuerpo, pero... ¿que esta sucediendo? ¿se encuentra en medio de una guerra entre dos fracciones de esos extraños seres? ¿porque es tan peligroso que ese tal Romar posea el cuerpo de Angus?
        Pues porque cuando un Yahoree ocupa un cuerpo humano desarrolla todo su poder. Y el poder de Romar puede transformar la casa en un solar. Visto lo visto, se impone una rápida huida. Pero... ¿la asistenta personal también esta poseída por uno de esos extraños seres? ¿y sus ataques son venenosos de morirse?
        Por un momento todo ha parecido perdido. Romar ha estado a punto de partirle el cuello a Alex... pero nuestro protagonista de algun modo extraño ha conseguido expulsar a ese ser gaseoso del cuerpo de Angus. ¿Que sucederá a partir de ahora?
        Pues resulta que Alex también tiene esos poderes extraños... no, si al final resultará que todo eso le viene de familia. 
        Así como el que no quiere la cosa nuestro amigo se ha cargado a esa pérfida que ejerce de Rottenmeyer y ha continuado el tema donde lo dejó con Marcus... en la cama follando como locos.
        Mientras la gatita blanca sigue con sus tejemanejes, ahora con la confianza que le da el tener a Romar bajo su control. Aprovecha entonces para colarse en los sueños de Alex e intentar explicarle lo que realmente le está sucediendo: Alex Romagor es un híbrido entre las dos especies: la humana y los extraños seres gaseosos.
        Aunque... nuevos problemas se ven en el horizonte... para empezar la inspectora de policía no se cree para nada que la muerte de Iris haya sido un hecho accidental.

         Agusti pericay (tipericay@gmail.com)
















martes, 7 de junio de 2016

MEMORIAS DE UNA DRAGG QUEEN DE PUEBLO (Dragg Issis, yo mismo y un señor japonés.6)

DRAGG ISSIS, YO MISMO Y UN SEÑOR JAPONÉS.6 (viernes)

        El viernes por la mañana, repetimos el ritual de cada mañana: ducha, desayuno, achuchones, besos y viaje a toda leche hasta la fábrica. Cafetito con las chicas en la sala de descanso y no pienso ni mencionar la gimnasia porque me produce tedio solo de recordarlo. Cuando me dirigía al almacén de calidad se me acopló Álvaro e hicimos juntos los veinte metros que separaban las dos naves. 
        -Que tal esta tu padre.- Me preguntó.
        -¿Perdón?- Le conteste, olvidando la mentida que le había contado el día anterior.
        -Tu padre, ¿Que como está?- Insistió.
        Entonces me vino todo a la memoria. –Bueno, se va recuperando, es un proceso lento.- Le volví a mentir, evitando darle más explicaciones.
        En el taller de control de calidad nos estaba esperando el Sr. Cubiles. Al vernos llegar sonrió con un poco de malicia. –Hoy estaréis juntos vosotros dos.- Y nos llevó hasta el almacén donde se apilaban los aparatos llenos de puntos rojos. –Tenéis que arreglar o sustituir las piezas defectuosas de los aparatos, comprobar que funcionen bien, volver a embalarlos y devolverlos al almacén de carga.- Acto seguido dio media vuelta y se fue.
         Nos quedamos los dos allí solos, la situación se volvió un poco extraña, la tensión sexual era enorme (sobre todo por parte de Álvaro) y personalmente no tenía ningún interés de que pasara nada fuera de lo estrictamente laboral dentro de esas paredes, y menos rondando por la fábrica mi amante, el Sr. Hikaru Yamahaka. Así que intenté por todos los medios evitar que nos cruzáramos las miradas o tocarnos de manera inoportuna.
         Durante el descanso escruté a Andrea para: Primero saber si mi amante estaba en el complejo y segundo sonsacarle si sabía alguna cosa del show de la reunión de la tarde de ayer. Solo aclaré que los japoneses estaban exponiendo sus conclusiones y recomendaciones en una larguísima reunión con todos los directivos españoles. Del tema de la reunión del día anterior no saqué nada en claro.
         Al regresar del descanso decidí acabar con la tensión creada entre Álvaro y yo, y aprovechando que estábamos totalmente solos en el almacén de control de calidad y que la posibilidad de que apareciese por allí el Sr. Yamahaka era más bien remota. Cerré la puerta y pillándolo en un descuido le di un beso en la boca. Desconcertado al principio, me lo devolvió enseguida. Durante unos segundos nuestras lenguas jugaron a acariciarse en un beso que, sinceramente, hacía un par de días que buscábamos los dos. 
        -Vaya, no me esperaba para nada esto.- Dijo Álvaro fingiendo sorpresa.
        -Si no te besaba, creo que iba a reventar.- Le dije, con el convencimiento de que con esa acción yo pasaba a tener el control de la situación y sin duda la tensión sexual disminuiría.
        Seguimos con el trabajo que nos habían encargado, solo que ahora no tenía que rehuir sus miradas. Al contrario, lo provocaba constantemente en ese juego de seducción que tanto me divierte.
        A la hora del almuerzo, en el comedor, entre risitas y tonterías, todos los que teníamos alrededor se dieron cuenta de que algo se cocía entre los dos. Seguimos con nuestro trabajo y nuestras tonterías por la tarde hasta las tres. Hora en la  que reclamaron a Álvaro para un control en la sección de producción. Me quedé solo hasta después del descanso de las tres y media, que apareció el Sr. Cubiles. Creía que venía a controlar nuestro trabajo, pero cuando se sentó a un lado de las mesas y vi su cara de preocupación ya no me sentía tan cómodo. –Es un buen chico, este Álvaro.- Me dijo con tono preocupado. –Desde que entró a trabajar en mi sección lo he protegido como alguien de mi familia.- Siguió. –Te pido que si vas a salir con él no lo trates como una mierda. Si no lo piensas tratar con respeto te pido que te alejes de él.- Me quedé de pasta de moniato.
       No tenía ni idea de que responder a una declaración de sentimientos tan bestia. Ese señor mayor estaba completamente enamorado de ese chico y yo era el intruso que lo alejaba de sus sentimientos.
       -A mí ya me queda poco en esta empresa. Después de lo de ayer me van a usar de cabeza de turco para descargar responsabilidades, de hecho ya están hablando de pre-jubilarme.- Dijo en un tono patético.
       -¿Que fue exactamente lo que sucedió aquí ayer?, porque, la gente que vi aquí eran los operarios del turno de noche.- Aproveché el tema para sonsacarle el máximo de información.
       -La idea inicial la tuvo el jefe de personal, cuando vio el interés que tenía el Sr. Yamahaka por un travestido en la fiesta que les organizaron a su llegada.- Empezó a contarme. -Como tú eras el único gay declarado en la empresa, decidieron que deberíais pasar juntos el máximo de tiempo posible, con la esperanza de que se produjese alguna situación inapropiada y poder grabarla con las cámaras que se han instalado en esta sala. Y así poder presionar al auditor para que firmase una auditoria menos critica con la gestión realizada por la dirección.-
       -¿Hay cámaras grabando en esta sala?- Le contesté con cara de pánico.
       -Sí, aunque lo único inapropiado que han grabado es a ti con mi querido Álvaro.- Me dijo mientras el terror invadía todos los poros de mi piel. -No te preocupes, nadie vera esa grabación, ya la he destruido.-
        Me sentí aliviado al oír eso, y viendo que estaba en racha decidí presionarlo más: -Y entonces, ¿lo de ayer a que vino?-
        -Viendo que no había ningún tipo de feeling entre el Sr. Yamahaka y tú. Decidieron centrarse en evitar que los auditores accediesen a las empresas donde se montan los componentes. Todo les ha salido redondo. Los técnicos japoneses accedieron a realizar la reunión de ayer convencidos de podrían aleccionar a los encargados de las supuestas empresas  proveedoras.- Siguió confesando el Sr. Cubiles.
        -Pero lo de ayer era una farsa. Los auditores le estaban haciendo un discurso a un grupo de empleados del turno de noche que se hacían pasar por empleados externos.- Concluí yo. -Pero esto es una estafa.- No podía callarme, estaba indignado.
        -En efecto, exactamente así sucedió. Es una estafa de la que no hay ninguna prueba. Las cámaras durante la reunión estuvieron apagadas y todos los que se hicieron pasar por operarios externos, son personas de confianza de la dirección. Y además han recibido una muy buena gratificación por ese servicio.- Añadió el jefe de control de calidad.
         Yo estaba perplejo, creía estar viviendo en una película de mafiosos americana y quería salir de ella ya mismo.
        -En todo este asunto tan solo tienen dos cabos sueltos. Hay dos personas que saben toda la historia y que no tienen controlados.- Siguió hablando con tono muy preocupado. -Uno soy yo, pero ya te he contado que en los próximos meses me prejubilaran y desapareceré de aquí. El otro eres tú, no tienen ni idea de que grado de conocimiento de la operación tienes, pero ten por seguro que no desearan tener por aquí a alguien que podría estar al tanto de sus tejemanejes.-
        Mientras lo miraba con cara de terror añadió: -Ten por seguro que harán todo lo posible para amargarte la existencia para forzarte a que decidas dejar de trabajar en esta empresa.-
        Y justo en ese momento apareció por la puerta, como si viniese a salvarme la vida, mi amante secreto. Al verlo, el Sr. Cubiles se disculpó y salió de la sala. -Hoy es mi último día en la empresa y venía a despedirme.- Me dijo el Sr. Yamahaka con tono solemne mientras me estrechaba la mano. 
        Noté al darle la mano que me ponía un papel doblado en la palma, la cerré y guarde el papel discretamente en el bolsillo del pantalón (dudaba si la prisa del Sr. Cubiles no sería para ir a poner en marcha de nuevo las cámaras del recinto). El auditor dio un paso atrás, me hizo el típico saludo japonés mientras yo lo miraba con cara de acojonado. Dio media vuelta y se fue. Estuve inmóvil unos segundos en el mismo sitio. Reaccioné y me senté en el reborde de la mesa. Me había quedado muy, pero que muy hecho polvo. Este asunto se me estaba desmadrando y por lo que parecía, acabaría perdiendo mi empleo de la peor manera. En ese momento sonó la sirena que anunciaba el final de la jornada laboral.
        Ya en el vestuario. En la taquilla, junto a la mochila con la ropa de calle, vi el reloj que me había regalado mi amante la noche anterior. Me lo puse en la muñeca y leí la nota que me había pasado. -Desearía verte, si es posible, en el hotel a las seis.- Ponía escrito en un inglés correctísimo. El corazón se me puso a mil por hora y a toda leche me cambie de ropa.
        -UAAU, vaya peluco.- Me dijo uno de los operarios que acababa de salir de la ducha, al verme el reloj. Sin hacerle ni caso corrí a mi coche y me fui directamente a Girona.
        Normalmente a las cinco y media, la ciudad está muy congestionada. Llegar y aparcar en el centro es una verdadera epopeya. Al final recurrí a mis recursos de emergencia y conseguí encontrar parking en la zona del campus universitario (es la única zona de la ciudad que por la tarde suele vaciarse), aunque me quedaba un poco lejos del centro. Tuve que andar casi un cuarto de hora, pero pude llegar a las seis, a tiempo a mi cita.
        Hikaru me estaba esperando en la suite. Al entrar nos miramos con cara de complicidad. Nos abrazamos. -Estoy completamente empapado en sudor. He venido corriendo. Si no te importa me tomare una ducha.-  Le dije al oído.
        -Estoy seguro que en eso puedo ayudarte.- Me contesto con un tono entre pícaro y lascivo.
        Después de media hora de jabón, espuma, caricias y como no, sexo. Estaba sentado en el sofá vestido solo con el albornoz del hotel. En ese momento mi amante me reclamó en la habitación. Al entrar vi que había varios paquetes y bolsas sobre la cama. -Ábrelos.- Me invitó. 
        Empecé a abrir paquetes igual que un niño abre regalos en su cumpleaños. Me había comprado todo un equipo de chico Gay al uso del momento, a saber: Pantalones Levi’s Straus 501 ajustaditos, unas botas Dr. Martin’s negras con remaches metálicos, una camiseta negra de esas entalladitas y con las mangas muy cortas y una maravillosa cazadora de motorista de cuero negro con incrustaciones metálicas de la marca “Jack and Jones”. –Esta noche nos iremos de fiesta gay por Barcelona.- Dijo con la expresión en la cara del niño que planea una travesura tremenda. Sonreí mientras me mordía el labio inferior en señal de complacencia.
       A las ocho dejábamos el hotel y el conductor del coche de alta gama que nos solía llevar siempre, entraba en la autopista A7 dirección Barcelona. Llevando esa ropa, tenía la sensación de que debíamos parecer escapados de una ilustración de Tom de Finlandia. Aunque me sentaba como un guante y me sentía mega-atractivo vestido así. A las nueve y media, el coche alquilado nos dejó justo en el centro de la zona conocida como la gayxampla de Barcelona. Me gustaba mucho esa zona, porque de un tiempo a esta parte, estaban apareciendo muchísimos locales que colgaban en la puerta la bandera gay arcoíris, para atraer a los miles de turistas y autóctonos gais o curiosos, que continuamente recorrían la ciudad desde las olimpiadas del 92.
        La noche fue perfecta. Cenamos en una taberna vasca a base de montaditos y txacoli. Hikaru disfrutaba muchísimo de la gastronomía española, ya que venía de una cultura donde la base de la alimentación era casi exclusivamente el pescado. Y agradecía todas las variantes que incorporasen carne en su elaboración. A la una y media de la madrugada nos dirigimos a tomar una copa en PUNTO BCN, el local de moda entre el público gay del momento. Y a las tres nos fuimos a la discoteca ARENA MADRE, donde bailamos a ritmo de hause. A las cuatro me dijo que quería conocer otros locales, así que lo lleve a la discoteca METRO donde nos desfasamos hasta las cinco y media que nos echaron. Cogimos un taxi para ir al punto donde nos esperaba el coche alquilado con el conductor y regresamos de nuevo al hotel de Girona. Habíamos bebido bastante y estábamos muy excitados. Acabamos haciendo el amor en el coche (sorprendentemente en conductor ni se inmutó, a saber lo que cobraría por ese servicio).
        Despertamos el sábado a las doce del mediodía con una resaca tremenda. Pedimos al servicio de habitaciones que nos subiese mucho café y algo para comer. Después de ducharnos, Hikaru me pidió que le mostrara aquello a lo que yo creía que jamás podría renunciar. No sé qué respuesta esperaba, pero le propuse ir en mi coche a un sitio especial y aceptó.
        Acostumbrado a la comodidad del coche de alta gama, parecía un poco perdido en mi pequeño FIAT Punto de color lagarto. A las tres del mediodía llegamos a Pals, mi pueblo natal, y le hice el recorrido turístico entre las murallas medievales y las casas renacentistas. Al llegar a la antigua torre de homenaje del desaparecido castillo románico, sobre un promontorio rocoso, le hice admirar las vistas sobre el valle que se abría delante de nosotros con la desembocadura del río Ter y con las Islas Medas al fondo. Aunque era diciembre, hacía un día soleado y las vistas eran impresionantes. -Aquí tienes la respuesta a tu pregunta.- le dije.
       -¿A qué pregunta te refieres?- Preguntó sorprendido. 
       -Esto es a lo que me sería imposible renunciar.- Le dije mirándolo a los ojos. Se quedó serio un momento y siguió mirando al horizonte.
       Comimos algo en uno de los muchos restaurantes de la villa, y a las cinco regresamos a Girona. Sabía que a las siete de la tarde tendríamos que despedirnos y lo más probable era que nunca más volvería a verlo. Ese era el acuerdo al que llegamos el primer día y yo estaba dispuesto a cumplirlo aunque me fuese duro de soportar.
        A las seis y media, ya en el hotel, yo estaba totalmente de los nervios. Respiré hondo y le dije: -Siéntate un momento tengo algo muy importante que decirte antes de irme, es justo que lo sepas.- Y acto seguido le conté todo lo que sabía de la actuación de la dirección acerca de la auditoria que habían realizado: Le conté los planes premeditados del jefe de personal para chantajearlo, el teatro que le montaron en la reunión del jueves y también le expliqué en qué condiciones se fabricaba el material externalizado en los talleres clandestinos. Asimismo le expresé mi preocupación por mi permanencia en la empresa a partir del lunes siguiente tal y como me lo hizo saber el Sr. Cubiles.
        Me escucho totalmente en silencio. Al acabar se quedó muy pensativo. Un minuto después empezó a murmurar en japonés, la verdad es que la cara se le estaba cambiando de la preocupación a la ira mientras subía el tono de sus palabras. -Lo siento muchísimo, pero debías de saberlo, es lo más justo.- Le dije mientras salía de la habitación. Corrí a mi coche y a toda velocidad me dirigí a Palamós. Creo que estuve llorando durante todo el camino.
         Eran las ocho y era sábado en un par de horas volvería ser Dragg Issis y nada de lo que había sucedido esa semana tendría ninguna importancia. O al menos, nadie debería notar que la tenía.


         Posdata:
         A la mierda las posdatas. Estoy demasiado hecho polvo para hacer una reflexión coherente a toda esta historia.












viernes, 3 de junio de 2016

27 YAHOREE (Quimeras) 1.12

        Doceava entrega de el libro comic 27 YAHOREE. Como ya  sabéis, narra la historia de Alex Romagor, un joven muy normal, el que sin comerlo ni beberlo, se verá envuelto en un montón de historias fantásticas, relacionadas con los extraños seres que viven en los cuerpos de sus familiares desde hace miles de años. La muerte de su único pariente vivo, su tío abuelo Gregory y el regreso a la que fue la residencia de su infancia le hará descubrir que los fantasmas de su infancia eran mucho mas reales de lo que nunca había podido creer.
        De entrada, el llevarse como copiloto a la locaza de Angus, hace que nos esperemos un montón de situaciones embarazosas... ya lo iremos viendo por el camino. En el episodio anterior Alex conoce a Marcus, el asesor financiero de su tío-abuelo... ¿Demasiado joven y atractivo para ser asesor financiero? Quizás si, de hecho la siesta le está proporcionando otro de sus sueñecitos eróticos... y así quien puede tomarse las cosas en serio.
        Parece que la cosa se empieza a desmadrar, Angus acaba de saquear el armario ropero de la asistenta de Gregory y pretende presentarse en el funeral... VESTIDO CON MINIFALDA. Aunque, para ser sinceros, no ha hecho falta la intervención de Angus para liarla parda... para ello se ha bastado él solito... poniendo en pie de guerra a todos los invitados al funeral.
        Después de la desenfrenada orgía homosexual que acabó siendo el funeral de Gregory, Alex se abandona a sus fantasías oníricas, donde, por fin, el extraño amante de sus sueños le propone liberarse de sus insistentes arrebatos sexuales... pero, cuidado, no parece del todo dispuesto a cumplir su parte del trato.
        Alex no lo tiene claro, al parecer ese extraño ser gaseoso pretendía apoderarse de su cuerpo, pero... ¿que esta sucediendo? ¿se encuentra en medio de una guerra entre dos fracciones de esos extraños seres? ¿porque es tan peligroso que ese tal Romar posea el cuerpo de Angus?
        Pues porque cuando un Yahoree ocupa un cuerpo humano desarrolla todo su poder. Y el poder de Romar puede transformar la casa en un solar. Visto lo visto, se impone una rápida huida. Pero... ¿la asistenta personal también esta poseída por uno de esos extraños seres? ¿y sus ataques son venenosos de morirse?
        Por un momento todo ha parecido perdido. Romar ha estado a punto de partirle el cuello a Alex... pero nuestro protagonista de algun modo extraño ha conseguido expulsar a ese ser gaseoso del cuerpo de Angus. ¿Que sucederá a partir de ahora?
        Pues resulta que Alex también tiene esos poderes extraños... no, si al final resultará que todo eso le viene de familia. 
        Así como el que no quiere la cosa nuestro amigo se ha cargado a esa pérfida que ejerce de Rottenmeyer y ha continuado el tema donde lo dejó con Marcus... en la cama follando como locos.
        Mientras la gatita blanca sigue con sus tejemanejes, ahora con la confianza que le da el tener a Romar bajo su control.

         Agusti pericay (tipericay@gmail.com)